Francia se enquista y Bayrou necesita un “milagro” para ganar la moción de confianza

Agrupación Nacional y La Francia Insumisa no ocultan su intención de derrocar al líder macronista. Según las encuestas, unas nuevas elecciones no conseguirían desbloquear una mayoría absoluta a ningún partido y volvería a dejar al país en la misma situación

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El presidente de Agrupación Nacional,
El presidente de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, y la líder Marine Le Pen, a 2 de septiembre de 2025. (REUTERS/Benoit Tessier)

Semana crítica para el primer ministro francés, François Bayrou, que debe convencer a un Parlamento ingobernable para apoyar su impopular plan de recortes presupuestarios para controlar el insostenible gasto francés. Las negociaciones con los grupos políticos se encuentran estancadas, las dos fuerzas mayoritarias quieren derrocarlo el 8 de septiembre y el futuro de Francia se adentra en terreno desconocido.

La segunda potencia de la UE acumula ya los 3,3 billones de euros de deuda en el tercer trimestre de 2024, pero ni en la izquierda ni en la derecha apoyan la mano dura del actual inquilino en Matignon, cuyo gabinete gobierna en minoría y requiere de una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.

Bayrou quiere recortar 43.800 millones de euros en 2026 a través de recortes de miles de millones de euros en gasto social (atención médica, pensiones, empleo público). Pero la medida que más ha enfadado a los grupos políticos es la eliminación de dos días festivos para aumentar la productividad y reducir la carga de deuda.

Pese a su posible destino, Bayrou insiste en que no hay alternativa a la disciplina fiscal y en esta semana iniciado una ronde de negociaciones con todos los grupos políticos (a excepción de los ultraizquierdistas de La Francia Insumisa) para tratar de ganar la confianza en el último momento.

La clave de la ronda de conversaciones está en la posición que decida finalmente la extrema derecha de Agrupación Nacional y el Partido Socialista, cuyas abstenciones permitieron en su día la investidura de Bayrou. El único atisbo de esperanza al que se aferraba hasta ahora Bayrou era que el partido de Marine Le Pen, que se encuentra inhabilitada por la justicia francesa para presentarse a las elecciones presidenciales, no estaría dispuesta a sacrificar precipitadamente el gobierno y tener que lidiar con la gestión de los recortes, además de perder el escaño en unas futuras legislativas. En todo caso, Le Pen aspira a arrebatar el trono a Macron en 2027 .

Pero este lunes, el líder de RN, Jordan Bardella, ya dejó claro que tras las conversaciones con Bayrou “el milagro no se produjo“, haciendo casi inevitable la caída del gobierno. “Jordan y yo pedimos una disolución extremadamente rápida (del Parlamento)”, declaró Le Pen junto a Bardella en unas declaraciones recogidas por la agencia de noticias AFP. “Cuanto antes volvamos a las urnas, antes tendrá Francia un presupuesto”, sentenció Bardella. Junto al partido de Jean-Luc Mélenchon, RN constituye un tercio de la Cámara legislativa.

Los socialistas ya piensan en un escenario post-Bayrou

Tras el primer tropiezo, la mirada está puesta en los Socialistas de Oliver Faure. Bayrou ha asegurado que está “dispuesto a examinar cualquier solución”, aunque continúa enrocado en la supresión de los festivos. La coalición macronista, formada por los partidos Ensemble de Gabriel Attal, Horizontes de Edouard Philippe y Los Republicanos de Bruno Retailleau han tratado de allanar el camino de las negociaciones, pero el futuro no parece alentador después de las declaraciones del secretario general de los socialistas, que ya piensa en la era post-Bayoru con un líder socialista: “Estamos, obviamente, a disposición del Jefe de Estado en cualquier momento para discutir las condiciones bajo las cuales podríamos ocupar efectivamente puestos de gobierno”, manifestó en declaraciones a los medios franceses.

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Macron ha descartado en varias ocasiones su futura dimisión y de acuerdo a los medios franceses, el jefe de Estado francés estaría buscando ya un posible sustituto antes que volver a recurrir a elecciones, que volverían a paralizar el país. Las encuestas muestran que una nueva elección legislativa en las próximas semanas no harían cambiar el escenario, ya que probablemente daría como resultado otro parlamento sin mayoría aun con un ligero aumento de Agrupación Nacional.

“Estoy convencido de que las cosas van a cambiar en los próximos once días”, aseguró el pasado viernes Bayrou, que todavía apuesta a un giro de última hora capaz de modificar la correlación de fuerzas y evitar la caída de su gobierno. Pero quedan cuatro días, no hay acuerdo y el cartel de nuevo inquilino comienza a colocarse en Matignon.