Una estudiante descubre en plena mudanza que el supuesto propietario había alquilado el apartamento en Airbnb

El estafador les envió un contrato de arrendamiento, el cual firmaron y devolvieron. Posteriormente, les solicitó el depósito de fianza y el primer mes de alquiler antes del traslado

Guardar
Imagen de recurso de una
Imagen de recurso de una mudanza.

Cargada de pertenencias, Kiara, una estudiante que debía instalarse en la ciudad francesa de Rennes para iniciar sus estudios, descubrió al llegar a la ciudad que el supuesto propietario de su futuro apartamento no era quien decía ser, sino que era un estafador que había alquilado el inmueble a través de Airbnb.

Según una información de Ouest France. La vivienda fue avistada en un portal inmobiliario de renombre en Francia. Durante el mes de agosto, Kiara y su madre viajaron a Rennes para visitar el estudio que, tras la visita, les causó una excelente impresión. La madre relató a este medio que, tras ese encuentro, el hombre que se presentó como propietario les envió un contrato de arrendamiento, el cual firmaron y devolvieron. Posteriormente, les solicitó el depósito de garantía y el primer mes de alquiler.

El 30 de agosto, madre e hija cargaron el coche y emprendieron el viaje hacia Rennes con la expectativa de instalarse en el nuevo hogar. Sin embargo, al llegar, la situación cambió radicalmente. El hombre que debía entregarles las llaves dejó de responder a las llamadas y, al tocar la puerta del apartamento, no encontraron a nadie. El conserje del edificio les aclaró la situación: “Ese apartamento era en realidad un Airbnb alquilado por una propietaria que reside en París”.

La madre de Kiara reconoció que, aunque tenía ciertas dudas, mantenía la esperanza debido al atractivo del apartamento. “Sentía que algo no iba bien, pero aún tenía esperanzas porque el piso nos gustaba mucho”, confesó. Afortunadamente, no llegaron a transferir ninguna suma de dinero, por lo que evitaron una pérdida económica. Ningún euro fue desembolsado, lo que supuso un alivio dentro de la decepción.

Los altos precios del alquiler empujan a la compra precipitada de vivienda (para quien pueda): “No hay opción porque no hay oferta”

Según este medio, la estudiante pudo iniciar sus clases en Rennes, pero sigue sin vivienda. “Estoy buscando, pero todavía no he encontrado nada. Y ya no me atrevo a mirar”, admitió la estudiante, quien por el momento se hospeda en casa de una amiga.

Cómo detectar las estafas inmobiliarias

La proliferación de ciberestafas en el alquiler de vivienda ha obligado a los inquilinos a extremar precauciones ante tácticas cada vez más elaboradas. Y es que los delincuentes suelen aprovechar la urgencia y la presión que genera la alta demanda de inmuebles.

Uno de los signos más evidentes de un posible engaño es la publicación de precios de alquiler muy por debajo del promedio de la zona. Los anuncios fraudulentos suelen justificar estas cifras con argumentos como una supuesta mudanza urgente o la falta de interés en obtener grandes beneficios, con el objetivo de atraer rápidamente la atención de los interesados y crear la sensación de que la vivienda es un chollo que no puedes dejar escapar.

La manipulación de imágenes constituye otra herramienta habitual en estos fraudes. Es frecuente que los estafadores utilicen fotografías excesivamente profesionales o robadas de otros portales inmobiliarios. Una búsqueda inversa en Google puede revelar que las mismas imágenes aparecen en anuncios de diferentes ciudades o países, lo que pone en duda la autenticidad de la oferta. Si las fotos parecen extraídas de catálogos o sitios de lujo, conviene extremar la cautela.

La imposibilidad de contactar personalmente con el supuesto propietario o la afirmación de que reside en el extranjero es otro indicio de alerta. Los estafadores suelen alegar que no pueden mostrar la vivienda en persona y proponen gestionar todo el proceso a través de correo electrónico, mensajería instantánea o incluso agencias inmobiliarias ficticias.

Entre las prácticas más peligrosas destaca la exigencia de pagos anticipados, como la fianza o el primer mes de alquiler. Además, es común que se nieguen a permitir la visita al piso antes de recibir cualquier pago, esgrimiendo excusas como la ubicación de las llaves en otra ciudad o la alta demanda, con el fin de forzar una reserva inmediata.