
Tras completar su paso por la Academia General Militar de Zaragoza y la Escuela Naval de Marín, la princesa Leonor afronta la última etapa de su formación castrense en la Academia General del Aire y del Espacio de San Javier (Murcia). Ha sido este lunes, 1 de septiembre, cuando la heredera al trono ha iniciado este nuevo curso con paso firme y como una alumna más, lista para enfrentarse al reto de aprender a volar.
En su llegada se dejó ver con el uniforme de gala del Ejército del Aire, aunque pronto cambió su indumentaria por el mono de piloto. Por primera vez, la princesa de Asturias, de 19 años, apareció con el traje de vuelo: una prenda de una sola pieza en color verde oliva, confeccionada en tejido ignífugo, con múltiples bolsillos, velcros y cremalleras. El mismo que utilizan pilotos, navegantes, oficiales en combate y tripulaciones aéreas.

Durante esta primera jornada estuvo acompañada por el comandante del Ejército del Aire, Alberto Guzmán, uno de los instructores de la Academia. Curiosamente, su padre, el rey Felipe VI, también voló en un Pilatus el pasado junio, con motivo del 40º aniversario de la Patrulla Águila, precisamente junto al comandante Guzmán, jefe del 792 Escuadrón.
Entre los grandes desafíos de este curso está el aprendizaje a bordo del Pilatus PC-21, un moderno avión de entrenamiento de origen suizo que sustituye al veterano C-101. Esta aeronave permite a los cadetes practicar maniobras de vuelo en formación, combate aéreo simulado y operaciones tácticas. En su primer día, Leonor ya se subió a la cabina, aunque aún tendrá que recorrer un largo camino antes de despegar sola.

Preguntada por la prensa si le imponía la experiencia, la heredera respondió con sinceridad: “Con ganas de aprender, pero poco a poco”. Antes de entrar en el avión, saludó al director de la Academia, el coronel Luis Felipe González Asenjo, y firmó en el libro de honor tras presentarse ante profesores, mandos y alumnos.
Su formación incluirá primero unas 50 horas en simuladores —desde los más básicos hasta los más avanzados— con el fin de reproducir situaciones lo más cercanas posible al vuelo real. Solo después llegará el momento de subir al PC-21 acompañada por un instructor, cumpliendo un número de horas determinado antes de alcanzar la llamada “suelta”, el primer vuelo en solitario que no todos los alumnos logran realizar.

En la base aérea de San Javier, la princesa será una más entre los 74 cadetes de su promoción —60 hombres y 14 mujeres—. Su día comenzará a las 6:30 de la mañana y compartirá habitación con otras dos compañeras. Durante los próximos diez meses vivirá sometida al mismo régimen, la misma disciplina y las mismas exigencias que el resto.
Está previsto que Leonor concluya su formación castrense en julio de 2026, cerrando así un ciclo militar que la llevará a convertirse en teniente de los tres ejércitos.
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