La nueva flotilla humanitaria que partió a Gaza desde Barcelona ha tenido que regresar por el mal tiempo

El objetivo de la Global Sumud Flotilla es romper el bloqueo marítimo israelí al territorio palestino. Este lunes decidirá si reanudan o no el trayecto

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Imagen de la flotilla humanitaria
Imagen de la flotilla humanitaria en Barcelona. (REUTERS/Eva Manez)

La veintena de barcos que forman parte de la Global Sumud Flotilla que partió este domingo de Barcelona hacia Gaza con ayuda humanitaria y activistas a bordo, en el mayor intento hasta la fecha por romper el bloqueo marítimo israelí al territorio palestino, ha tenido que regresar durante la noche a la ciudad condal debido al mal tiempo. Este lunes decidirán si reanudan o no el trayecto.

Desde el viernes y hasta ayer domingo, organizaciones sociales y propalestinas organizaron charlas, conciertos y actividades en la capital catalana para acompañar el inicio de la expedición solidaria, cuyos promotores aseguran que actúan frente a la “inacción de la Unión Europea”. Y lo hacen con la incertidumbre de la respuesta de Israel, que ya ha impedido la llegada de barcos con el mismo propósito.

La expedición, de hecho, se integra en un esfuerzo internacional más amplio, ya que han zarpado desde Génova, Italia, diversas embarcaciones, mientras que otras partirán en los próximos días desde Sicilia, Túnez o Grecia. Una vez reunidas, la flotilla podría contar con cerca de medio centenar de barcos, dispuestos a intentar romper ese bloqueo marítimo impuesto por Israel desde 2007.

La misión, que cuenta con unos 300 activistas de 44 países, entre los que destaca la activista sueca Greta Thunberg o la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, también quiere crear un corredor humanitario que facilite la entrada de ayuda básica a la población gazatí. Los barcos que forman parte de esta flotilla llevan en sus bodegas alimentos y medicamentos donados por la sociedad civil y, aunque los portavoces de la expedición insisten en que romper el cerco resulta casi imposible, el objetivo central es visibilizar el hambre y el sufrimiento de la población. La iniciativa denuncia así que la restricción de suministros se emplea como herramienta de guerra, una práctica señalada también por Naciones Unidas.

“El Plan B es volver siendo más”

“Esta historia es, también, sobre un levantamiento global, sobre cómo la gente está dando un paso al frente cuando los gobiernos fallan. Para cada político que está alimentando el genocidio, más destrucción ambiental y climática, y más colonización y fascismo, habrá gente escalando la resistencia frente a esto”, señaló este domingo Thunberg en una rueda de prensa en Barcelona, según informó la agencia Efe.

Por otro lado, añadió la activista, si Israel “decide una vez más violar las leyes internacionales” e impide la llegada de ayuda humanitaria en Gaza con la Global Sumud Flotilla, “el plan B es volver siendo aún más”. “Tan simple como esto. Nuestro objetivo es muy claro: queremos zarpar con docenas de barcos con ayuda humanitaria, para romper el asedio ilegal y inhumano de Israel (...) y entregar aún más ayuda”, reiteró.

Vista de uno de los
Vista de uno de los barcos que forman parte de la flotilla solidaria. (EFE/ Toni Albir)

Por su parte, la activista alemana pro Derechos Humanos Yasemin Acar elevó el tono y consideró que “cualquier acto de violencia” contra la flotilla “sería otro crimen de guerra”. Pese a las dificultades, la Global Sumud Flotilla confía en que la presión de la opinión pública internacional vaya aumentando.