Una chica recibe un mensaje de su antigua compañera del instituto para disculparse por haberle hecho bullying en clase y le confiesa un gran secreto: “Creía que éramos amigas”

Los recuerdos a veces nos juegan malas pasadas. O, por el contrario, suavizan momentos que cuando los vivimos, creímos que no los olvidaríamos nunca. Pero la memoria camina independiente a nuestro discurrir cotidiano y no siempre responde a la lógica. Un ejemplo es el que le ha pasado a esta joven estadounidense, cuyos recuerdos del instituto han cambiado tras una confesión que no esperaba.

“¿A alguien más le ha pasado esto?“, se preguntaba Laura Picadillo hace unas semanas en su cuenta de TikTok (@laurapicadillo). La joven de 29 años recibió un día cualquiera un extraño mensaje de una antigua compañera pidiéndole disculpas por haberle hecho bullying en el instituto, pero había un problema: Laura no recordaba en absoluto haber sido agredida ni maltratada ni por ella ni por ninguno de sus compañeros de clase en su época de secundaria.

“Hola. Lamento contactarte después de todos estos años, pero me atormenta la manera en que te hice bullying en la secundaria. Siento mucho arrepentimiento por eso. Lo siento mucho. Mi comportamiento fue horrible y atroz. Realmente espero que puedas encontrar en tu corazón la manera de perdonarme”, decía la carta que recibió la joven.

“El asunto -explicó- es que no tengo ningún recuerdo de que esta persona me haya hecho bullying. De hecho, tengo recuerdos muy buenos de ella. [Ríe] Pensaba que éramos muy buenas amigas y que realmente le caía bien y le gustaba pasar tiempo conmigo. O sea, ¿qué se supone que dices ante eso?“.

Contrariada y con muchas dudas sobre como responder a esa declaración de culpabilidad no requerida, Picadillo empezó a darle vueltas a la cabeza y a pensar en lo diferente que se viven las cosas desde cada perspectiva. ¿O tal vez es que hablaban mal de ella en secreto? ¿Cuánto de todo lo que vivió fue mentira?

Mientras, seguía compartiendo con su comunidad online su sorpresa y expresaba su tranquilidad por el tema: “No te preocupes -le decía retóricamente a su supuesta amiga del instituto-. No fui afectada psicológicamente en absoluto. Pero lamento que hayas estado atormentada. ¿Hablaste tanta mierda de mí a mis espaldas que pensaste que me lo habías dicho a la cara? Esto me ha hecho darle vueltas a la cabeza (...)“.

Al final, se decantó por darle una respuesta de conciliación con la que evitar caer en el rencor y publicó un mensaje en su perfil en el que le agradecía la honestidad y daba pie a cerrar el capítulo: “Gracias por esto. No hay resentimientos entre nosotras. Te deseo lo mejor en todo”.

Sin embargo, a la historia le faltaba un último giro. Según le explicó al diario Newsweek, el intercambio con su compañera no acabó ahí y, tras ese mensaje público de perdón, su excompañera le reveló más contexto de la razón por la que pedía realmente disculpas. Le acabó confesando que habían saboteado deliberadamente las solicitudes de ingreso a la universidad de Picadillo.

“No respondí a ese mensaje”, afirma ahora al medio “No me interesa el juego del ‘¿y si...?’. Actualmente estoy en un muy buen momento de mi vida. Conocí a una amiga que me presentaría a mi pareja actual 10 años después en esa universidad. Mi carrera investigadora empezó a despegar en esa universidad. Todo salió bien; no cambiaría mi vida actual por la oportunidad de estudiar en otra universidad”.