Una bióloga explica qué significa realmente el famoso “corte de digestión”: “Como tal, no existe”

Durante décadas, las familias españolas han seguido la costumbre de impedir a los niños meterse en el agua después de las comidas

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Piscina municipal de Barcelona. (David
Piscina municipal de Barcelona. (David Zorrakino/Europa Press)

El tradicional consejo de esperar varias horas antes de bañarse después de comer, por miedo a un ‘corte de digestión’, carece de fundamento científico, según la bióloga Laura Pinillas. De hecho, en un reciente vídeo de TikTok, ella afirma: “El famoso corte de digestión, como tal, no existe”.

Durante décadas, familias españolas han seguido la costumbre de impedir a los niños meterse en el agua después de las comidas, pero la especialista desmiente que exista base para esta creencia. En un vídeo divulgativo, cuenta que lo que verdaderamente representa un peligro es un fenómeno conocido como hidrocución, producido por una bajada brusca de la temperatura corporal. Cuando alguien toma el sol o practica deporte y repentinamente se sumerge en agua fría, el cuerpo sufre una vasoconstricción: “Tus vasos sanguíneos se van a estrechar, tanto en los órganos como en tu piel, para intentar conservar el calor”, detalla la experta.

Esta reacción fisiológica implica que la sangre fluye menos hacia el cerebro, lo que puede generar mareos o incluso pérdida de conciencia. Pinillas advierte sobre el verdadero riesgo en este contexto: “Imagínate desmayarte dentro del agua... evidentemente puedes ahogarte”. El riesgo se incrementa especialmente tras una comida copiosa, ya que durante la digestión el flujo sanguíneo se concentra en el aparato digestivo, y la súbita vasoconstricción reduce aún más el aporte al cerebro.

Sin embargo, sobre la posibilidad de meterse a nadar justo después de comer, la bióloga es precisa: si la comida ha sido ligera y se entra con cuidado en el agua, no existe problema. “Basta con entrar poco a poco al agua para no tener un cambio brusco de temperatura”, explica. Para comidas abundantes, recomienda extremar la precaución, porque “entre una cosa y otra, menos cantidad [de sangre] va a llegar al cerebro”. Así, queda descartada la necesidad de esperar dos horas como regla general. El peligro no reside en el aparato digestivo, sino en el impacto del frío sobre el sistema circulatorio, un enfoque avalado por la ciencia que puede prevenir situaciones peligrosas en temporada de baños.

Consejos para evitar problemas en la piscina

El Consejo General de Enfermería aconseja evitar lanzarse de cabeza al agua, no consumir alcohol ni comidas copiosas antes del baño, seleccionar zonas vigiladas tanto en playas como piscinas y no sobrevalorar las propias capacidades al nadar. El CGE también insiste en la necesidad de conocer bien el entorno acuático antes de entrar al agua. Finalmente, recomienda siempre la vigilancia directa sobre los menores sin delegar su cuidado y formar a familiares y allegados en rescates seguros y técnicas de reanimación

Las enfermeras advierten que los ahogamientos en entornos acuáticos constituyen la tercera causa de muerte por traumatismo no intencionado a nivel mundial, con 236.000 fallecimientos anuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que representa un 75% de ese tipo de víctimas. Entre las principales causas de estos sucesos, la enfermería señala la relajación en la vigilancia de menores, bañarse en áreas no vigiladas, el consumo de alcohol o drogas, condiciones médicas como la epilepsia y la falta de conocimiento sobre las aguas locales por parte de los turistas.