Un camarero de Tordera critica que se le obligue a hablar en catalán: “Me encanta mi idioma, simplemente expongo una situación incómoda para el hostelero”

El propietario denuncia que ha recibido más de 30 reseñas negativas en una hora tras exponer que algunos clientes exigen carta y atención en catalán

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El camarero autor del vídeo,
El camarero autor del vídeo, Abraham Galera (@abrigaca)

Un vídeo publicado en TikTok por Abraham Galera, propietario de un bar en Tordera (Barcelona) y creador de contenido en redes sociales, ha generado un intenso debate sobre el uso del catalán en la hostelería. En declaraciones recogidas por RAC1, Galera explicaba que en algunos casos “hay clientes que fuerzan a los camareros a hablar en catalán y preguntan por qué no disponen de la carta en catalán”. En la grabación, el camarero afirmaba que “esta situación pasa en Cataluña, somos conscientes y no nos gusta nada”.

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El clip, difundido en su cuenta @abrigaca, se viralizó en pocas horas, provocando una avalancha de críticas. Algunos usuarios lo calificaron de “catalanófobo” y cuestionaron que un establecimiento en Cataluña no ofrezca la carta en catalán. La repercusión en redes fue tal que el caso saltó a varios medios de comunicación.

Defiende el entendimiento mutuo y alega problemas logísticos

Galera sostiene que un trabajador puede atender en castellano mientras el cliente se exprese en catalán, siempre que ambos se entiendan. Respecto a la carta, argumenta que la imprimen cada día y que “es demasiado complicado hacerlo en dos idiomas”.

En redes sociales, sin embargo, muchos usuarios se mostraron indignados. “El propietario se dedica a menospreciar el catalán”, “¿Le parece increíble que en Cataluña se deba tener la carta en catalán?” o “Debe tener la carta y también atender en catalán; es un sitio al que no iré”, fueron algunos de los comentarios más compartidos.

El vídeo original de Abraham
El vídeo original de Abraham Galera sobre el catalán en los locales de hostelería (@abrigaca)

El hostelero recalca que es catalán, que ama su idioma y que su objetivo era abrir un debate sobre una “situación incómoda” que, asegura, también puede darse en establecimientos del País Vasco.

Galera publica un vídeo de aclaración

La polémica llevó a Galera a publicar un segundo vídeo este domingo para responder a las críticas. En él insistió en que atiende en catalán a todos los clientes catalanohablantes y que su intención era únicamente visibilizar una circunstancia laboral que en ocasiones genera tensión.

El empresario denunció que un usuario “cruzó la línea” con ataques personales hacia su familia. Admitió que respondió de forma contundente y en público. También explicó que su restaurante recibió “más de 30 reseñas negativas en menos de una hora” en Google Maps, la mayoría acusándole de xenófobo.

Pese al revuelo, Galera subraya que no tiene nada en contra de Cataluña. Recuerda que también crea contenido en catalán en su cuenta @abrigacat, que toda su educación ha sido en catalán y que toda su carrera profesional se ha desarrollado en la comunidad. En su último vídeo alterna catalán y castellano para demostrar su condición de bilingüe.

Conocido por sus contenidos sobre restauración en redes sociales, Galera combina humor y reflexiones sobre el oficio en vídeos que tienen como escenario principal su propio establecimiento, el Bar Danus. En TikTok acumula más de 873.000 seguidores y en Instagram otros 345.000.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha asegurado este jueves que se no pondrá ningún pinganillo en la Conferencia de Presidentes de este viernes y ha acusado al Gobierno de España de hacer "provincianismo con el secesionismo catalán", ya que ha asegurado que se trata de "una corruptela que no piensa pagar desde la Comunidad de Madrid". (Fuente: Comunidad de Madrid)

La controversia ha reabierto el debate sobre la presencia de las lenguas cooficiales en la hostelería. Mientras unos defienden la obligación legal y moral de ofrecer la carta y la atención en catalán, otros apuestan por la flexibilidad y el uso del idioma que garantice la comunicación. Lo que resulta indiscutible es que, en la era digital, un vídeo de apenas unos segundos puede derivar en una crisis de reputación y trasladar la discusión lingüística a un plano global.