Un interventor ferroviario obliga a un hombre con respiración asistida a levantar una maleta pesada para buscar su certificado de invalidez: “Se lesionó la espalda”

La pareja de jubilados realizaba con frecuencia el trayecto en TGV, siempre sin incidentes, para visitar a sus hijos en Aviñón

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Un interventor ferroviario obliga a
Un interventor ferroviario obliga a un hombre con respiración asistida a levantar una maleta pesada (SNCF)

El 20 de julio de 2025, Marie-Françoise y Patrick regresaban a su casa en Bois-Guillaume tras hospedarse unos días con uno de sus hijos en Aviñón. La pareja de jubilados realizaba con frecuencia el trayecto en TGV, siempre sin incidentes. “Siempre nos ha ido bien”, explicó la esposa, hasta el episodio ocurrido durante el viaje de vuelta, que alteró profundamente su rutina y puso en cuestión los protocolos de asistencia a personas con discapacidad en el transporte ferroviario francés.

Marie-Françoise acostumbraba a comprar los billetes “siempre en la taquilla de la estación de Rouen”. Así que, durante la compra, presentaba toda la documentación. Entre esas cosas se incluía la tarjeta de tercera edad de Patrick, quien además contaba con una CMI, la tarjeta de inclusión de la movilidad, documento que habilita al acompañante a un descuento del 50%. “Todo está indicado en el billete, que se imprime en la taquilla”, indicó la mujer. El inicio del regreso a casa transcurría con normalidad hasta que, en un punto del trayecto entre Aviñón y Ruán, un inspector de la SNCF se aproximó hasta la pareja para solicitar los billetes, como ha informado París Normandie.

“Se lesionó la espalda” por la maniobra

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Un interventor ferroviario obliga a un hombre con respiración asistida a levantar una maleta pesada (SNCF)

El revisor los escaneó y, según el testimonio prestado, “empezó a burlarse de nosotros”. A continuación, el agente pidió la tarjeta de tercera edad, a lo que Marie-Françoise respondió que “se la enseñé y ni siquiera la miró”. No obstante, sin prestar atención a la documentación ofrecida, el inspector solicitó entonces el certificado de discapacidad. Pero “como nunca nos la pidieron y todo estaba escrito en el billete, la metí en una bolsa dentro de la maleta”, ha relatado Marie-Françoise.

Y es que, como la mujer tenía problemas “para empujar la silla de ruedas y manipular la maleta” de “más de 15 kilogramos”, pidió el servicio de asistencia personal de la SNCF. Sin embargo, el inspector insistió en obtener el certificado. Ante la petición, ella pidió ayuda de nuevo: “le pide ayuda porque no tengo fuerzas para llevar la maleta. Él no quiere”, ha asegurado la mujer. Finalmente, fue el propio Patrick, dependiente de soporte vital, quien debió levantar la maleta. “No puede hacer ningún esfuerzo, se está jugando la vida”, insistió su esposa al agente, sin lograr que cediera. Como consecuencia de la maniobra, Patrick sufrió una lesión: “se lesionó la espalda. Lleva dos semanas usando el cinturón de seguridad”.

Cumplido el requerimiento y presentado el certificado, la reacción del inspector resultó reveladora para Marie-Françoise: “El revisor estaba muy decepcionado. Su objetivo era hacerme pagar la multa completa”. Así lo interpreta tras recordar: “Me recordó tres veces que tendría que pagar el 50% de diferencia”. Dos semanas después, la pareja continuaba conmocionada por lo que consideraron un “comportamiento de sheriff”, pues para ellos, la experiencia representó un claro “abuso de poder”.

“Terminé escribiendo al director territorial de Ruán y al director regional por carta certificada”

La Policía del estado alemán de Baden-Württemberg ha confirmado que al menos tres personas han muerto y decenas han resultado heridas por un descarrilamiento de tren ocurrido este domingo. El tren regional se ha salido de la vía a la altura de Riedlingen, en el distrito de Biberach, con un centenar de personas a bordo. (Fuente: DPA)

Ya en Bois-Guillaume, la pareja intentó exponer el caso ante la empresa ferroviaria. “Estuve medio día al teléfono y no pude contactarlos. Después, me conecté a internet. Creé una cuenta e inicié un proceso que se detuvo a mitad de camino. No hay forma de contactarlos. Terminé escribiendo al director territorial de Ruán y al director regional por carta certificada”, relató Marie-Françoise sobre las dificultades para encontrar una vía de atención.

La primera respuesta llegó días después por e-mail: “Acabo de recibir su queja. Lamento que haya tenido que pasar por esto. Normalmente, remito un informe como este a mi dirección. Lamentablemente, es el departamento de atención al cliente de ARRAS el responsable de la gestión de los trenes TGV. Por lo tanto, les remito su queja”. Frente a este mensaje, Marie-Françoise resumió su pedido: “Solo pido una disculpa y, sobre todo, que esto no vuelva a ocurrir”.

Consultada por la prensa local, la SNCF mantuvo una declaración breve con respecto al caso de Marie-Françoise y Patrick: “SNCF Voyageurs ha recibido esta queja y lamenta la situación vivida por su lector. Se le proporcionará una respuesta lo antes posible. Si bien damos máxima importancia a la cortesía de nuestros agentes hacia nuestros clientes, es importante recordar que todos los viajeros deben estar en posesión de todos los documentos necesarios para el buen desarrollo de su viaje, especialmente en caso de un control a bordo”. Tras el reclamo, la pareja informó haber recibido una comunicación directa del director de la línea TGV Sureste, Benjamin Huteau: “Agradecimos su atención”, han afirmado. Además, el matrimonio ha confesado que después disculparse, “nos advirtió que era extremadamente raro que llamara a los clientes. La carta le conmovió y concienciará a sus equipos”.