
Un reciente control en el aeropuerto de Roissy (Seine-Saint-Denis) ha demostrado los graves riesgos a los que se enfrentan los animales víctimas del tráfico ilegal. La fauna protegida a nivel internacional por la situación crítica de la especie, o los animales a los que es difícil acceder, sufren las consecuencias de un negocio ilegal.
Durante una inspección rutinaria llevada a cabo el pasado 16 de julio de 2025, agentes de aduanas de Francia encontraron en el interior de una maleta una tortuga de una especie considerada en peligro de extinción. La encontraron en un equipaje facturado procedente de Costa de Marfil.
El animal, oculto entre ropa de tela y un caparazón, fue identificado como una Klinixys Homeana, una tortuga tropical cuya presencia fuera de su hábitat natural resulta extremadamente inusual y preocupante. Los funcionarios de aduanas explicaron que se trataba de una especie protegida y que estaba en unas condiciones muy preocupantes.
El tráfico de especies protegidas sigue activo
“Esta especie tropical, extraída de su hábitat natural, está clasificada como en peligro crítico de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)”, explicaron los agentes de aduanas, según recoge ActuParis. Los trabajadores de zonas fronterizas suelen estar alerta ante este tipo de situaciones.
La tortuga, aún con vida pero en un estado alarmante, fue puesta de inmediato bajo custodia y trasladada a un centro zoológico especializado. El servicio de aduanas aseguró que “se encuentra ahora bajo estrecha vigilancia veterinaria, ya que las condiciones ilegales de transporte ponen en peligro su vida”.
La Klinixys Homeana ha sido recogida por expertos que velan por su recuperación. El episodio ilustra la colaboración entre los cuerpos de seguridad, los servicios veterinarios y los centros zoológicos para garantizar el bienestar de los ejemplares incautados y su posible reinserción en programas de conservación especializados.
Intervención veterinaria y lucha aduanera
La dificultad y el sufrimiento a los que se ven sometidos estos animales durante el traslado ilegal no solo atentan directamente contra la vida de cada ejemplar, sino que también ponen en serio riesgo la recuperación de especies amenazadas. Francia sufre especialmente este problema en los últimos años.
En 2024, los agentes de aduanas interceptaron 167 animales vivos en diferentes controles, entre los que se incluyeron 35 tortugas, 62 aves, de ellas, 18 loros, 21 arañas y escorpiones, y una serpiente. En febrero de ese mismo año, un viajero alemán fue sorprendido con 21 reptiles protegidos ocultos en sus calcetines durante un control en la Gare de l’Est.
Los funcionarios subrayan la importancia de mantener e intensificar los controles en puntos clave de entrada y salida, y recuerdan el papel de la ciudadanía para no participar, directa o indirectamente, en la demanda de animales exóticos como mascotas.
Casos como el detectado en Roissy no solo evidencian la peligrosidad de las condiciones de transporte, sino también la urgente necesidad de combatir la explotación de especies protegidas a escala global. En este caso, un animal cuya especie se encuentra a punto de desaparecer se encuentra luchando por su vida.
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