Un estudio afirma que el cannabis es tres veces más tóxico que hace una década: “El contenido de THC ha aumentado en un 200%”

Ira, irritabilidad, depresión, ansiedad o ideas suicidas son comunes entre los consumidores diarios, sobre todo entre los adolescentes

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La marihuana que se comercializa actualmente no se parece en nada a la que circulaba en las décadas de los sesenta u ochenta. Así los sostiene Elizabeth Stuyt, médica psiquiatra especialista en adicciones, en un estudio publicado por Missouri Medicine, donde lanza una alerta acerca de los efectos del cannabis de alta potencia.

“El contenido de THC en la marihuana ha aumentado más de un 200% en las últimas dos décadas, alcanzando niveles que nunca antes se habían visto y que carecen de respaldo científico para su uso médico”.

Del 2% a más de 95% de THC

Según Stuyt, “antes de la década de 1990, el contenido de THC era inferior al 2%”. En los años noventa subió al 4% y, entre 1995 y 2015, se registró un aumento del 212% en su concentración.

En 2017, variedades populares como Girl Scout Cookie ya alcanzaban entre 17% y 28% de THC, mientras que los productos concentrados (aceites, shatter, dab, comestibles) pueden llegar al 95%.

“El propósito de estos productos es provocar un estado de euforia, y el aumento de su potencia los hace potencialmente más peligrosos y con mayor probabilidad de generar adicción”, advierte la especialista.

El objetivo de los productos
El objetivo de los productos con THC es provocar un estado de euforia. (Imagen de Archivo)

Legalización, marketing y falta de regulación

Además, la psiquiatra cuestiona el proceso de legalización en varios estados de EE.UU., impulsado por la idea de que se trataba de una sustancia relativamente inofensiva.

Sin embargo, “la industria del cannabis siguió el ejemplo de los sectores del tabaco y el alcohol, desarrollando productos con concentraciones mucho mayores del compuesto psicoactivo”.

Stuyt denuncia que los términos “seguro”, “saludable” y “orgánico” se usan sin matices en campañas comerciales que no distinguen entre tipos de cannabis ni niveles de potencia.

La falta de regulación inicial permitió también la venta de comestibles similares a dulces o snacks, lo que derivó en múltiples casos de intoxicación accidental infantil.

La Policía Nacional ha detenido a una mujer y un hombre de 31 y 41 años, respectivamente, como presuntos responsables de una asociación cannábica en la ciudad de Murcia donde se vendían sustancias estupefacientes y alimentos con THC, principal compuesto psicoactivo del cannabis. (Fuente: Policía Nacional Murcia)

Adolescentes: los más expuestos

“El consumo de marihuana entre adolescentes ha crecido de forma sostenida en Colorado desde la legalización”, subraya Stuyt. En 2015, el condado de Pueblo (ciudad del estado), registró que el 30,1% de los estudiantes de secundaria había consumido cannabis en el último mes.

“Colorado lidera el país en el consumo de marihuana por primera vez entre jóvenes de 12 a 17 años, lo que representa un aumento del 65% en el uso adolescente desde la legalización”.

La especialista insiste en que la adolescencia es una etapa de especial vulnerabilidad para desarrollar adicciones. “El aumento de la tendencia al riesgo y la disminución del control regulador, junto con una menor supervisión parental y mayor influencia de los pares, crean ‘una tormenta perfecta’”, explica.

Imagen de archivo con fecha
Imagen de archivo con fecha del 28 de octubre de 2015 de joven que fuma marihuana durante una protesta en las afueras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en Ciudad de México (México). EFE/Mario Guzmán/Archivo

Adicción, abstinencia y deterioro del desarrollo cerebral

Contrario a la creencia extendida, Stuyt afirma que la marihuana sí genera adicción, más aún ahora en sus formas de alta potencia. El 9% de quienes experimentan con cannabis desarrollan dependencia; la cifra se eleva al 17% si comienzan en la adolescencia y al 25-50% entre los usuarios diarios.

La abstinencia, detalla, incluye síntomas como “ira, irritabilidad, depresión, insomnio, dolor de cabeza y pérdida de apetito”. Además, la adicción impacta en las áreas cerebrales del aprendizaje y la memoria, destaca la experta.

Ansiedad, depresión, psicosis e ideación suicida

Stuyt vincula el consumo de cannabis con múltiples trastornos de salud mental. En un estudio australiano, los adolescentes que usaban marihuana semanalmente duplicaban el riesgo de desarrollar depresión (quienes la consumían a diario la quintuplicaban). En adultos deprimidos, el uso de cannabis se asoció con peor recuperación clínica.

“Un estudio pionero realizado en el Reino Unido analizó a 780 adultos de entre 18 y 65 años, 410 con su primer episodio psicótico frente a 370 controles. Se concluyó que el consumo de THC de alta potencia (>15 %) triplicaba el riesgo de psicosis, y si el consumo era diario, el riesgo se multiplicaba por cinco”, señala Stuyt.

En cuanto al trastorno de estrés postraumático (TEPT), la autora indica que “no existe evidencia de que la marihuana trata con éxito el TEPT y sí hay pruebas de que puede empeorarlo”.

Es más, un estudio que agrupó a 2.000 adolescentes en Australia y Nueva Zelanda halló un aumento de casi siete veces en los intentos de suicidio entre los consumidores diarios en comparación con los no consumidores.