Un grupo de psicólogos explica cómo superar el duelo después de la muerte de un ser querido

No existe un plazo definido ni un proceso universal para superar el duelo

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Un grupo de psicólogos explica
Un grupo de psicólogos explica cómo superar el duelo después de la muerte de un ser querido. (Freepik)

Perder a un ser querido, ya sea una pareja, un familiar o un amigo cercano, representa una de las experiencias más dolorosas que una persona puede atravesar. Aunque la muerte es una parte inevitable de la vida, su impacto emocional puede ser devastador y provocar periodos prolongados de tristeza, confusión e incluso depresión.

Reacciones ante la pérdida

Cada individuo responde de forma distinta ante la muerte. Los mecanismos personales de afrontamiento, el entorno social y los hábitos de vida influyen en cómo se gestiona el dolor. Según diversos estudios realizados por la Asociación Americana de Psicología, el paso del tiempo, acompañado de apoyo emocional y rutinas saludables, permite a la mayoría de las personas adaptarse a la pérdida.

Aceptar la muerte de alguien cercano puede llevar desde unos meses hasta más de un año, pero no existe un plazo definido ni un proceso universal de duelo. De hecho, las investigaciones más recientes indican que no todas las personas atraviesan por fases predecibles o lineales.

En los casos en que la relación con la persona fallecida haya sido conflictiva o ambivalente, el duelo puede adquirir una complejidad adicional. En estos contextos, es habitual que se requiera un periodo de reflexión para reorganizar emocionalmente el vínculo con la persona ausente.

Duelo complicado y apoyo psicológico

Aunque la mayoría de las personas logra retomar su vida tras una pérdida, algunas presentan dificultades prolongadas que impiden el funcionamiento cotidiano. Este fenómeno, conocido como duelo complicado, puede requerir atención profesional. En estos casos, recurrir a psicólogos especializados en procesos de duelo puede ser clave para gestionar adecuadamente las emociones, reducir el sufrimiento y favorecer la recuperación.

Los psicólogos están capacitados para ayudar a manejar sentimientos como la culpa, el miedo o la ansiedad que pueden surgir tras la muerte de un ser querido. Utilizan enfoques respaldados por la evidencia científica, como la psicoterapia, para fortalecer la resiliencia emocional y acompañar el proceso de adaptación.

Estrategias para afrontar la pérdida

Aunque el duelo es un proceso individual y no existe una única forma de vivirlo, algunas estrategias pueden resultar útiles para transitar el dolor:

  • Hablar sobre la muerte: compartir lo ocurrido con amigos, familiares o colegas contribuye a procesar la pérdida y mantener vivo el recuerdo de la persona fallecida. Evitar hablar del tema puede aislar y debilitar la red de apoyo.
  • Aceptar las emociones: la tristeza, la ira, el agotamiento o la frustración son respuestas normales ante la pérdida. Reconocer estas emociones como válidas es parte esencial del proceso.
  • Cuidarse física y emocionalmente: mantener una alimentación equilibrada, realizar actividad física y descansar son pilares fundamentales para sobrellevar el duelo y recuperar el equilibrio cotidiano.
  • Apoyar a otros en duelo: acompañar a personas que atraviesan la misma pérdida puede generar un efecto reparador. Compartir recuerdos y experiencias comunes fortalece los vínculos y facilita la adaptación.
  • Honrar la memoria del ser querido: existen múltiples formas simbólicas de recordar a quien ha fallecido. Algunas personas optan por hacer una donación en su nombre, plantar un árbol, dedicarle una obra o conservar fotografías significativas. Cada gesto contribuye a mantener presente su legado.
Salud mental

Cuándo buscar ayuda

Cuando las emociones resultan abrumadoras y persisten en el tiempo, o si interfieren con las actividades cotidianas, es recomendable buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Los psicólogos pueden brindar herramientas específicas para afrontar el duelo, ayudar a reorganizar la vida sin la persona fallecida y promover una recuperación emocional que permita seguir adelante.

El acompañamiento psicológico no elimina el dolor, pero ofrece un espacio seguro para transitarlo y resignificar la pérdida dentro de la trayectoria vital de cada persona.