El desayuno entre cebras y jirafas de un safari de lujo de unos influencers que causa indignación en redes: “Se les atrae intencionalmente con comida y se les condiciona a interactuar solo por entretenimiento”

La showgirl italiana, Federica Panicucci, se filma mientras disfruta de un desayuno en plena Sabana, rodeada de jirafas ansiosas por conseguir algo de comida

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La showgirl italiana, Federica Panicucci,
La showgirl italiana, Federica Panicucci, se filma mientras disfruta de un desayuno en plena Sabana, rodeada de jirafas (Fuente: Montaje Canva)

La fauna y la flora se han convertido en un espectáculo. El zoo, los resorts de lujo, los safaris, son auténticas atracciones turísticas donde los animales son el entretenimiento principal.

Jirafas, elefantes, cebras, los animales de la Sabana son obligados a interactuar con toda clase de personas. Con la excusa de ofrecerles comida: manzanas, zanahorias, cañas de azúcar, surgen dinámicas cuestionables que ponen en peligro su vida y abren un debate sobre los límites que las personas debemos respetar para con ellos.

Fue en un reciente vídeo de la presentadora y showgirl italiana, Federica Panicucci, donde se puso de relieve esta cuestión generando un debate en internet. Panicucci aparecía en la sabana disfrutando de un sofisticado desayuno mientras los animales rondaban alrededor. El vídeo generó cientos de likes, pero también desconformidad y rechazo.

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La showgirl italiana desayuna con amigos en un resort de lujo (Fuente: Instagram)

La espectacularización de la naturaleza

Esto no es nada nuevo. Cientos de empresas, aparentemente comprometidas con la salvaguardia animal y natural, utilizan los ecosistemas para un resarcimiento económico propio. A excepción de los parques naturales, los zoos y safaris mercantilizan la experiencia de ver animales exóticos.

Así lo explica el medio digital GreenMe, especializado en animales, salud y sostenibilidad. Denunciaron recientemente casos de violencia donde famosos cosificaban a los animales por redes. Federica Panicucci en la Sabana, pero también Gianmarco Tamberi acariciando cachorros de león como si fueran mascotas.

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La showgirl italiana dando de comer a una jirafa en un resort de lujo (Fuente: Instagram)

El medio publicó lo siguiente: “Desayunar entre jirafas y cebras es, de hecho, la última frontera del turismo experiencial de lujo. Pero tras su apariencia exótica y reluciente se esconde una realidad nada idílica: estos animales no están allí por casualidad ni por curiosidad”.

En consecuencia, argumentaban que, para atraer a los animales, a menudo se recurría a ofrecerles alimentos, lo que terminaba por acostumbrarlos a la presencia humana y los condicionaba a participar en actividades diseñadas únicamente para el ocio.

Estas agencias, comprometidas únicamente con el capital, tenían profundas consecuencias conductuales que podían alterar los ciclos naturales, los ecosistemas y los hábitos alimenticios.

Sobre ética animal

Acostumbrados a una visión antropocéntrica de la vida, las personas, en ocasiones, pasamos por alto el bienestar de otros seres vivos. Si bien es cierto que algunos zoológicos realizan importantes investigaciones sobre el mundo animal y tratan bien a los animales, otros, son conocidos por maltratarlos o delegarlos a espacios abarrotados contrarios a su especie.

Según explica el medio digital especializado Setient Media: “Dadas las muchas formas en que los zoológicos son poco éticos para los animales, los intentos fallidos de contribuir a la conservación y el posicionamiento de los humanos como superiores a los animales, muchos especialistas en ética animal creen que los zoológicos no deberían existir, o al menos, no existir en su forma actual”.

También aportan una cita del filósofo animal Dale Jamieson que puede resultar muy esclarecedora: “Los zoos alivian nuestro sentimiento de culpa por lo que le estamos haciendo al planeta, pero hacen poco para ayudar a los animales que estamos llevando a la extinción”.

Data Animal - Qué sucede con los zoológicos

Esto convierte a los zoológicos en lugares llenos de claroscuros donde, si bien existen personas con una responsabilidad social real, otras, de forma consciente o inconsciente, contribuyen a un modelo de negocio hecho por humanos para humanos, donde, no obstante, el producto es el animal que los turistas contemplan al otro lado de una jaula.