Su madre se enamoró de un guerrero masái en unas vacaciones familiares y se mudó a Kenia, pero su hijo quedó destrozado: “Acabó con mi infancia”

Por primera vez en tres décadas, Stevie Liddington ha decidido contar la otra cara de una historia que durante años fue retratada como una excentricidad o aventura romántica

Guardar
Una madre abandona a su
Una madre abandona a su familia para irse con un guerrero masái en Kenia. (Montaje Infobae/ Canva)

Por primera vez en tres décadas, Stevie Liddington ha decidido contar la otra cara de una historia que durante años fue retratada como una excentricidad o aventura romántica. La inesperada partida de su madre, Cheryl Thomasgood, con un guerrero masái tras unas vacaciones en Kenia, destrozó a su familia y dejó una huella profunda en la vida de sus hijos, según el medio Daily Mail.

También puedes seguirnos en nuestro canal de WhatsApp y en Facebook

Stevie, con 43 años, se ha sentido obligado a compartir su versión después de que su madre expusiera públicamente sus arrepentimientos y asegurara que siempre mantuvo buenas relaciones con sus hijos. Contrariamente, su descendiente ha manifestado que la realidad fue un trauma prolongado y una herida aún abierta: “Acabó con mi infancia”.

Un abandono traumático

La infancia de Stevie estuvo plagada de abruptos cambios y situaciones extremas. Antes del romance de su madre con el Masái Daniel Lekimencho, Stevie ya había pasado por experiencias traumáticas: su padre biológico, Robert Liddington, los abandonó siendo él apenas un niño y su hogar se sumió en la pobreza y el caos. La entrada de Mike Mason, el marido de su madre, en la vida familiar supuso un punto de inflexión, aportando estabilidad y un sentido de pertenencia que hasta entonces les había sido esquivo.

Un niño triste por la
Un niño triste por la situación familiar. (Adobe)

De acuerdo con Daily Mail, cuando parecía que la vida familiar avanzaba hacia la normalidad, Cheryl, entonces de 34 años, anunció desde Kenia que había decidido quedarse allí tras enamorarse de un joven masai diez años menor que ella. La noticia llegó por teléfono y supuso el quiebre definitivo. Según ha relatado Stevie, lo que muchos percibieron como una historia singular, dentro de las paredes de su casa se vivía como una tragedia. Dejó tres hijos atrás y nunca regresó de forma significativa ni con verdadero interés por su bienestar.

Impacto mediático y en la salud mental

La decisión de Cheryl atrajo una atención mediática inusitada, con equipos de televisión y prensa sensacionalista irrumpiendo en la vida de los hermanos. Lejos de sentirse arropados, Stevie ha descrito la humillación de aparecer en los titulares y ser objeto de burla tanto en la escuela como fuera de ella.

En medio de esta turbulencia pública, ha asegurado para el medio británico que su madre parecía más interesada en protagonizar entrevistas y escribir su propio libro sobre la experiencia que en preguntar o cuidar a los hijos que dejó atrás. De aquellos años, Stevie ha reconocido que fue necesario un largo proceso terapéutico para afrontar la ansiedad y depresión que se instauraron entonces.

Qué pasa con el dinero y bienes de la herencia en caso de divorcio.

Consecuencias a largo plazo

Según Daily Mail, a nivel familiar, la versión de Cheryl sobre una convivencia armónica con Daniel Lekimencho y con sus hijos se opone frontalmente a la que ha descrito Stevie. Ha recordado al guerrero masái como alguien ajeno al núcleo familiar, sin vínculos significativos y con quien presenció peleas violentas. La relación se volvió, según cuenta, tensa y caótica, hasta el punto de que él mismo tuvo que hacerse cargo de su hermana pequeña, Misti (fruto de Cheryl y Daniel), durante las ausencias de la progenitora.

El distanciamiento se hizo crónico con el paso de los años. Stevie ha relatado para el medio que hace una década que no intercambia palabra con su madre y que, a pesar de que su media hermana mantiene algo de contacto con Cheryl, tanto él como su hermano mayor optaron por alejarse geográficamente para cortar con el pasado.

Ahora, convertido en padre, Stevie reconoce que ha trabajado conscientemente para no repetir la historia familiar. Dirige un negocio propio y se ha asegurado de que sus hijos reciban estabilidad y afecto, todo lo que, ha dicho, le faltó a él en la infancia. Insiste en que la reconciliación exige verdad y reconocimiento del daño, algo que, a su entender, su madre sigue sin abordar.