
Darse una ducha al día, en contra de lo que muchos pueden pensar, no es perjudicial para la salud. Todo lo contrario, ayuda a mantener un buen cuidado de la piel, siempre y cuando se sigan una serie de pautas. La dermatóloga Ana Molinera explica cuáles son las normas que deberíamos seguir en el pódcast B3tter.
En primer lugar, señala que deben realizarse con agua templada, “que es la temperatura de la piel, que es 33 grados”. “Recordemos que el agua muy caliente es deslipidizante”, matiza. Los productos que aplicamos también deben ser adecuados y respetuosos son el pH, para que “no se cargue la barrera lipídica”. Por ello, recomienda que el gel tenga un pH en torno a cinco, el mismo que tiene la dermis.
“A no ser que te hayas revolcado por el barro, normalmente lo ideal es enjabonar las zonas que producen olor, la cara e axilas genitales, los pies; y dejar que la misma espuma o el mismo jabón caiga por el resto del cuerpo", continúa. Esto sirve para no tener que sustituir la grasa natural que protege la piel por otra artificial.
Por último, explica que “la esponja solo sirve para acumular bacterias bueno, y para hacer espuma”. “A la gente le encanta hacer espuma porque se cree que la que cuando hay espuma, limpia mejor, pero no es más que aire. Un jabón va a limpiar igual de bien, haga espuma o no haga espuma”,

<b>Cómo debe ser la ducha según la OMS</b>
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que una ducha no debe durar más de cinco minutos, un tiempo prudencial para que podamos lavar todas las partes del cuerpo y, a la vez, hacer un uso sostenible del agua y de la energía utilizada. Sin embargo, este límite temporal también responden a que, si lo sobrepasamos, podemos eliminar bacterias y microorganismos que protegen esta barrera natural. Una de las principales consecuencias es la aparición de piel seca y agrietada, irritada o con picor que pueden generar infecciones o reacciones alérgicas.
Además del tiempo, la OMS recomienda el uso de jabones que no contengan conservantes ni parabenos. Para evitarlo, podemos consultar en el etiquetado y a lo que debemos prestar atención para respetar nuestra piel, especialmente si tenemos problemas dermatológicos.
Por lo tanto, siguiendo los consejos de los expertos, la ducha perfecta debe con agua tibia, incidiendo en limpiar las zonas que producen el mal olor y que acumulan más bacterias como son las axilas, los genitales, los pies o las ingles. Y para su limpieza debe emplearse un jabón con un pH similar al de la piel y sin perfume.