Madrid inicia la temporada de verano con cuatro piscinas cerradas: “El Ayuntamiento ha tenido 9 meses para terminar las obras. Hay un problema de gestión”

El Consistorio de la capital asegura que las reformas en las piscinas de Arganzuela, Hortaleza, Fuencarral-El Pardo y Usera terminarán antes de que empiece julio, pero “muchos vecinos desconfían”

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Foto de archivo de las
Foto de archivo de las obras de la piscina del Centro Deportivo Municipal Luis Aragonés. (Ayto. Madrid/Europa Press)

La temporada de piscinas de verano comienza este jueves 15 de mayo en Madrid con cuatro piscinas municipales cerradas por obras: la de Peñuelas en Arganzuela, Luis Aragonés en Hortaleza, Vicente del Bosque en Fuencarral-El Pardo y Moscardó en Usera. El Ayuntamiento de la capital que dirige José Luis Martínez-Almeida ha indicado que la lluvia de las últimas semanas ha interferido con los trabajos de reforma y, aunque ha prometido que terminarán antes de que comience el mes de julio, los vecinos desconfían.

“El Ayuntamiento ha asegurado que las obras de todas ellas concluirán antes de que acabe junio, pero visto lo ocurrido otros años, muchos vecinos y vecinas no se fían y se preguntan cómo es posible que el Consistorio tenga casi nueve meses al año para acometer los trabajos, pero no llegue a tiempo para la apertura de la temporada”, explica a Infobae España Alejandro Fernández, portavoz de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y de la Plataforma para la Remunicipalización de los Servicios Públicos. “No es de recibo que aún no estén listas, es incomprensible. La gestión es muy deficiente”, añade Fernández, que menciona como caso especialmente preocupante el de la piscina Vicente del Bosque, ya que también estuvo cerrada en 2024, 2023 y 2022.

Además de las obras en estos cuatro recintos, desde la FRAVM también critican la falta de piscinas en otros cinco grandes distritos de Madrid: Centro, Retiro, Salamanca, Chamberí y Chamartín, que “albergan a más de 700.000 personas, pero no hay partidas presupuestarias para construir nuevas instalaciones”. “No es solo una cuestión de las piscinas de verano, si están abiertas o cerradas, sino también de que apenas se construyen nuevas. Las últimas municipales se construyeron en los años 90, salvo las de Barajas y Tetuán, que abrieron en agosto de 2024, aunque tienen capacidad para poca gente”, sostiene Fernández, que insiste en que “hay un problema de gestión”.

Una piscina pública por cada 173.000 habitantes

La FRAVM asegura que Madrid “tiene una de las peores ratios de piscinas públicas al aire libre” entre las grandes ciudades de España, con una por cada 173.000 habitantes. “Incluso con todas sus instalaciones abiertas, la ratio seguiría siendo deficiente”. “Si las 25 piscinas municipales al aire libre de las que dispone el Ayuntamiento estuvieran hoy abiertas, la ratio sería de 1 piscina por cada 138.000 habitantes”, lamentan en esta federación.

Varios niños se refrescan en
Varios niños se refrescan en una fuente durante una ola de calor en Madrid. (Ricardo Rubio/Europa Press)

Recuerdan asimismo que, a lo largo del año pasado, “apenas el 1,1% de la población madrileña pudo acceder diariamente a una piscina de verano municipal”, teniendo en cuenta que, según los datos del Portal de Transparencia del Ayuntamiento, el número de plazas disponibles diarias en los 20 recintos abiertos la temporada pasada “fue de unas 37.000 a 40.000”, además de que también se registraron huelgas de trabajadores en los centros deportivos para exigir mejoras laborales.

Plan estratégico contra el calor

Por todo ello, tanto la FRAVM como la Plataforma por la Remunicipalización de los Servicios Públicos reclaman un plan que acerque a Madrid a la ratio de otras ciudades españolas en cuanto a piscinas municipales, así como “una gestión más racional y eficiente de los centros deportivos municipales”.

También piden un plan estratégico para combatir las altas temperaturas y su impacto, estableciendo más refugios climáticos parar evitar el impacto de las islas de calor, efecto que se produce cuando el hormigón y el asfalto acumulan el calor durante el día y lo liberan por la noche. El Consistorio cuenta con un plan de actuación ante episodios de altas temperaturas en verano, que opera desde el 1 de junio a mediados de septiembre y que incluye medidas para proteger a la población, como las alertas meteorológicas y un seguimiento diario de las temperaturas. Pero las asociaciones vecinales lo consideran insuficiente, teniendo en cuenta que las olas de calor se producen con más frecuencia e intensidad cada año y que buena parte de la población en Madrid “no puede permitirse unas vacaciones fuera de la ciudad”.

Regiones con olas de calor extremo inexplicable proliferan en el mundo.

“Se calcula que el 30% de la población de Madrid no puede acceder a unos días de vacaciones fuera de su domicilio y en 2024 se vivieron 21 días de emergencia por altas temperaturas, de los cuales 14 fueron extremos”, señalan desde las asociaciones vecinales. “Madrid debería ser una ciudad pionera, con un plan para combatir el calor extremo y una estrategia clara de refugios climáticos, como son las piscinas de verano”, concluyen.