Nino Marazzita, “el abogado del diablo”: quién era el letrado que defendió a los protagonistas de la crónica negra de Italia

En su carrera asumió la defensa de personajes como el “Monstruo de Florencia” o el “Monstruo

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Nino Marazzita (captura de Youtube)
Nino Marazzita (captura de Youtube)

Este miércoles Italia se despertaba con la noticia de la muerte de Nino Marazzita a los 87 años. Un hombre conocido por todo el país, sobre todo por su apodo: “El abogado del diablo”, por haber defendido a algunos de los criminales más infames de la historia judicial italiana.

“Hoy mi padre luchó con la garra de siempre la última batalla esa que nadie puede ganar. Deja un gran vacío, junto al recuerdo imborrable de su inteligencia, su ironía, su gran humanidad y su dulzura”, escribía su hijo en Facebook, poniendo punto y final a la historia de uno de los letrados más famosos de Italia.

El ‘Monstruo de Florencia’

Sin embargo, para entender mejor su legado hay que remontarse a los inicios de su carrera profesional como Juici, en 1965. Su primer gran caso fue la defensa de Pietro Pacciani, en el que consiguió su absolución tras haber sido acusado de ser el ‘Monstruo de Florencia’.

Este es el sobrenombre que se dio a un asesino en serie que operó en la región de Florencia entre 1968 y 1985. Fue responsable de al menos 16 asesinatos, la mayoría de los cuales fueron perpetrados en áreas rurales y oscuras de la Toscana, especialmente en las cercanías de bosques y parques donde las parejas jóvenes solían estacionar sus coches para mantener relaciones sexuales. Las víctimas, generalmente parejas, eran asesinadas con una pistola y, en muchos casos, los cuerpos eran mutilados, lo que sugería una motivación sexual detrás de los crímenes.

Pacciani, un agricultor de 56 años, fue detenido en 1993, casi 10 años después de que se cometiera el último de estos asesinatos. Su arresto ocurrió en parte debido a que las autoridades italianas comenzaron a centrarse en una serie de coincidencias, como su comportamiento y las características del modus operandi de los crímenes. Pacciani vivía cerca de los lugares donde se cometieron los asesinatos, y varias personas lo identificaron como una figura extraña en el contexto de la comunidad.

El juicio en su contra comenzó en 1994, y su caso se convirtió en un espectáculo mediático. Durante el juicio, se presentaron pruebas circunstanciales, pero no pruebas directas que lo vinculaban con los crímenes.

En 1996 se le condenó a dos cadenas perpetuas, pero asesorado por su abogado, recurrió y en 1998 se anuló su condena. La razón principal fue que la corte consideró que los testimonios y pruebas presentadas durante el juicio no eran lo suficientemente concluyentes como para confirmar la culpabilidad de Pacciani.

El ‘Monstruo del tren’

Ya con la experiencia de los asesinos en serie, Marazzita asumió en 1998 la defensa de Donato Bilancia, apodado el “Monstruo del tren”. Nacido el 19 de junio de 1951 en La Spezia, una ciudad costera en Liguria, desde joven tuvo una vida marcada por varios trastornos, incluyendo problemas psicológicos y una historia de violencia.

Entre 1996 y 1998, Bilancia cometió al menos 17 asesinatos, principalmente en las regiones de Liguria y otras cercanas, como Piemonte y Lombardía. Sus víctimas fueron tanto hombres como mujeres, y la mayoría de los asesinatos tuvieron un modus operandi similar: se trataba de ejecuciones a sangre fría con armas de fuego y casi todos eran en estaciones de tren o en sus inmediaciones.

Tras su detención, comenzó el juicio en el que en un principio solo se acogió a su derecho de no declarar. Con el tiempo, se acabó derrumbando ante el juez y confesó los crímenes con estas palabras: “Sí, he sido yo. Las he matado aunque no sé por qué, no estoy bien, ayúdenme a curarme

Aquí su abogado intentó salvar a su representado presentando la tesis de que Bilancia era un enfermo mental incapaz de entender sus propias acciones. Sin embargo el acusado se negó a realizarlos, y su letrado abandonó su defensa.

Finalmente, el 14 de febrero de 2001 el Tribunal de Apelación de Génova lo sentenció a 13 cadenas perpetuas y 26 años de reclusión.

“Todos tienen derecho a la defensa, incluso el diablo”

En el resto de su carrera defendió a clientes como Gigliola Guerinoni a enfermera conocida como la “mantis de El Cairo Montenotte”, y Katarina Miroslawa, la stripper asesinada en Verona en los años 90.

La Policía Nacional ha logrado desmantelar una de las redes de blanqueo de capitales más sofisticadas en Europa, que facilitaba las finanzas de múltiples organizaciones criminales a nivel internacional

Sin embargo, Marazzita también fue protagonista al otro lado de la barricada: fue parte civil en algunas de las páginas más trágicas de la historia italiana, como el asesinato de Pier Paolo Pasolini, el secuestro y asesinato de Aldo Moro y la masacre del Circeo. Fue en este último juicio que obtuvo la condena de Angelo Izzo, uno de los autores de la brutal violación y asesinato de Rosaria López.

Todos estos litigios fundamentaron su fama y le dieron un amplio conocimiento de la crónica negra italiana. Algunas de sus frases más famosas durante los años fueron: “Defender a un culpable es un desafío. Defender a un inocente es un deber”, “La justicia no se hace en la calle, se hace en los tribunales”, “Nunca he defendido los delitos, sino los derechos de los acusados”; “Todos tienen derecho a la defensa, incluso el diablo. Por eso alguien me llamó así”.