
El sistema universitario español ha experimentado una transformación profunda entre 2010 y 2021. Así lo ha corroborado un informe elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), que analiza el rendimiento y evolución de las 72 universidades (48 públicas y 24 privadas) que hay en España.
Entre los cambios más significativos está el aumento de hasta un 44% del número de titulaciones de grado. Durante la última década, las universidades españolas han creado 1.760 nuevos títulos y eliminado 629, en un intento de conectar mejor con la demanda laboral, la digitalización y los intereses de los estudiantes.
“Una gran parte de las nuevas ofertas del sistema está vinculada a la renovación formativa frente a la digitalización”, han destacado Francisco Pérez y Joaquín Aldás, autores del estudio.
Rendimiento académico
En el U-Ranking (clasificación del rendimiento de las universidades españolas), lideran la Universidad Pomeu Fabra de Barcelona (pública), la Universidad Carlos III de Madrid (pública) y Universidad Politécnica de Cataluña (pública). No obstante, si se considera el volumen total de resultados, las más destacadas son la Universidad Complutense de Madrid (pública) y la Universidad de Barcelona (pública).
Este ranking distingue entre rendimiento y volumen para permitir comparaciones equitativas entre universidades grandes y pequeñas. Tal como subraya el informe, “la correlación entre la calidad de la docencia y la investigación es baja”, por lo que es fundamental analizarlas de forma separada para evitar visiones parciales del sistema universitario.
Dobles grados en las públicas y nuevas titulaciones en las privadas
Para hacer frente a los intereses estudiantiles y el mercado laboral, las universidades han implementado distintas estrategias. Mientras las universidades públicas han apostado por los dobles grados para enriquecer su oferta académica, las universidades privadas han optado por nuevos grados especializados, sobre todo en áreas emergentes como la inteligencia artificial, biomedicina, ciencia en datos o animación digital.
“Las universidades públicas… recurren más a la creación de dobles grados, mientras que las privadas… concentran sus esfuerzos en nuevos grados para desplegar su oferta”, señala el informe.
Esto es algo que ha impactado en las matriculaciones: desde 2013, las universidades privadas han experimentado un aumento del 40% en su alumnado. Por su parte, las universidades públicas han registrado una caída del 13%.
Además, “los nuevos títulos han conectado mejor con los intereses de los estudiantes, con una mayor proporción de matriculados en grados que solicitaron en primera opción”.
No hay diferencias salarias a la hora de estudiar en la pública o en la privada
Así, el rediseño de la oferta académica busca una mayor conexión con las profesiones más demandadas. Carreras como Medicina, Enfermería, Ingeniería o Informática presentan los mejores niveles de empleabilidad. En cambio, disciplinas como Turismo, Historia del Arte o Protocolo enfrentan una mayor tasa de paro.
“Las instituciones que enfrentan peores resultados de empleabilidad reaccionan ajustando su oferta mediante la creación de nuevas titulaciones”, indican los autores del estudio.
El informe también desmiente uno de los mitos más frecuentes y asentados: no hay diferencias salariales entre titulados por las universidades públicas o privadas. Lo que realmente determina las condiciones laborales es el tipo de carrera cursada.
Entre ellos, una de las carreras más llamativas es Odontología, donde el 61% de los graduados proviene de universidades privadas. No obstante, en seis ingenierías con alta inserción laboral, solo el 8% de los trabajadores provenían de universidades privadas.
Brechas territoriales y retos pendientes
“Aunque las mejoras no pueden ser ignoradas, aún quedan desafíos por afrontar”, sentencian Pérez y Aldás. De esta manera, el análisis regional también refleja desigualdades. Cataluña encabeza el rendimiento universitario, seguida por Navarra y Cantabria, mientras que Extremadura y Castilla-La Mancha se sitúan en los últimos puestos.
Aunque se han logrado avances importantes, como la reducción de la tasa de paro universitaria del 19,3% en 2020 al 12% en 2024, y la bajada de la sobrecualificación del 30% al 22,4%, el informe advierte que siguen existiendo desafíos. Por ejemplo, la sobrecualificación, que aún supera la media europea.
En paralelo, también se señala la necesidad de consolidar las nuevas titulaciones y demostrar su valor en términos de empleabilidad y aportación social. En este sentido, el mercado sigue demandando perfiles tecnológicos que no se cubren con suficiente rapidez. En 2023, quedaron 5.000 puestos vacantes en áreas como inteligencia artificial o ciencia en datos.