
La fiesta de Corpus Christi (Cuerpo de Cristo), también llamada Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Corpus Domini o Día del Señor, es una festividad de la Iglesia católica que tiene como misión, a través de la adoración pública de la sagrada forma, realzar la presencia de Jesucristo que tiene lugar durante el sacramento de la Eucaristía. Se trata de una de las fiestas católicas más extendidas en toda España.
Algunos de los actos religiosos más destacados en esta jornada del Corpus Christi tienen lugar en ciudades como Madrid, Granada, Sevilla, Valencia o Toledo, así como en municipios como Priego de Córdoba (Córdoba), Fuentes de León (Badajoz), Daroca (Zaragoza), La Orotava (Tenerife), Ponteareas (Pontevedra), Béjar (Salamanca), La Puebla del Río (Sevilla), Peñalsordo (Badajoz), Zahara de la Sierra (Cádiz) o Sitges (Barcelona), entre otros. No obstante, solo es día no laborable en Castilla-La Mancha.
La fiesta de Corpus Christi se celebra oficialmente en la Iglesia Católica el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad, sesenta días después del Domingo de Pascua. En este caso, el 19 de junio. Conforme detalla la Diócesis de Palencia en un artículo en su página web, en la actualidad, la celebración de esta fiesta en jueves no es algo común a toda la iglesia. En muchas diócesis, la fiesta ha pasado a celebrarse el domingo siguiente a la Santísima Trinidad, dos semanas después de Pentecostés para “aumentar la participación de fieles en las misas de ese día”.
El origen del Corpus Christi
El origen de la fiesta de Corpus Christi se remonta al siglo XIII cuando en la abadía de Cornillón (Lieja, Bélgica), su priora, Santa Juliana, logró permiso del obispo para hacer una celebración especial en honor al Cuerpo de Cristo, al que tenía gran devoción. A los 16 años, la santa belga tuvo una visión en la que la Iglesia aparecía como una luna llena con un punto oscuro, que significaba que faltaba una fiesta dedicada exclusivamente al Cuerpo de Cristo. Con el beneplácito del obispo, la santa logró que comenzaran a extenderse por la zona, y, posteriormente, por los países vecinos, numerosas celebraciones en honor a la corporeidad real de Jesús presente en el sacramento de la Eucaristía.
Sin embargo, según relata la Diócesis de Palencia, el milagro determinante para que la Iglesia aprobara esta fiesta tuvo lugar unos años después en Bolsena (Italia). Fue entonces cuando un sacerdote, que celebraba la misa, dudó por un momento de que Jesucristo estuviera realmente en la Eucaristía y, para su sorpresa, observó cómo, de forma milagrosa, brotaba sangre de la Hostia. Al año siguiente, el 8 de septiembre de 1264, el papa Urbano IV firmó la bula Transiturus de Hoc Mundo, en la que instituía oficialmente la fiesta del Corpus Christi. Desde entonces, esta celebración se ha venido celebrando en todo el orbe católico y es una de las festividades más apreciadas por los fieles.