
Los dormitorios de sus hijas se han convertido en pequeños apartamentos. Entre las modificaciones se incluyen timbres individuales en las puertas, decoraciones estacionales, felpudos en la entrada y hasta buzones para el correo.
Así es la casa de Taja Ashaka, una madre estadounidense y creadora de esta iniciativa educativa que ha explicado en sus redes sociales que estos cambios no solo mejoran la privacidad de sus pequeñas, sino también les enseña a asumir responsabilidades financieras y a gestionar plazos y gastos.
“Mis hijas siempre pagan cinco euros por su habitación y otros cinco por los servicios, todos los viernes antes de las 21:00 horas”, ha declarado Ashaka.
Alquiler, servicio de habitaciones y penalizaciones
En el vídeo, se muestra como el sistema semanal que implementa en su hogar sirve para que sus hijas paguen una especie de “alquiler” por sus cuartos, junto con unas tarifas por los servicios “de comunidad”. Si las jóvenes incumplen con este compromiso, se enfrentan a sanciones como un día sin acceso al teléfono móvil o el pago adicional de un euro en la siguiente cuota.
No obstante, este método de crianza ha sido duramente criticado por varios de sus seguidores. A pesar de ello, la madre ha defendido su planteamiento como un ejercicio práctico para que sus hijas aprendan la importancia del manejo del dinero.
En este sentido, la suma que Ashaka recauda mes a mes no va directa a su uso personal. Según ella, el dinero se deposita en una cuenta de ahorros a nombre de las niñas. “Es como una alcancía forzada para su futuro”, ha indicado la madre.
Ashaka ha insistido que esta estrategia educativa busca “ayudarles a comprender desde temprano cómo administrar el dinero y respetar los plazos”, algo que, sostiene, resulta clave en un mundo donde los servicios se obtienen a cambio de un costo.
“Claro que es raro, pero definitivamente enseña a los niños a cumplir con los plazos, lo que no es fácil en estos días”, ha comentado un usuario al vídeo compartido por la madre.
No obstante, algunos usuarios calificaron la práctica como innecesariamente estricta, afirmando que los niños deberían aprender sobre las finanzas a través de otras vías menos exigentes. “La gente nos insulta a mi marido y a mí por nuestras políticas, pero en realidad así también están entendiendo cómo ahorrar dinero”, ha defendido Ashaka.
Así, la madre ha justificado su sistema como una que refleja las condiciones reales de la vida adulta, inculcando desde una edad muy temprana los conceptos de dinero o ahorra, además de responsabilidad, disciplina y puntualidad.
Diferentes formas de enseñar a ahorrar a los hijos
Aprender lo básico sobre las finanzas en la niñez puede evitar problemas en la edad adulta como deudas innecesarias, pagos impuntuales o saber aprovechar las oportunidades del mercado. De hecho, los expertos coinciden en que mientras más temprano aprendan los niños a entender cómo manejar el dinero, mejor lo administrarán cuando sean mayores.
Entre los métodos más comunes para comenzar a hablar de ahorro están las huchas. Un bote de vidrio, un pequeño monedero o una hucha de cerdito son instrumentos clásicos para empezar a visualizar el dinero y la importancia del ahorro.
Del mismo modo, dar una cantidad periódica al hijo para que se la administre también es una buena opción, sobre todo si se combina con la paga. Asignar tareas domésticas (sacar la basura, poner la mesa, limpiar su cuarto) ayuda a entender el valor del dinero.