
Cada año, alrededor del 15 de mayo, Madrid se viste de fiesta para honrar a su patrón, San Isidro Labrador, un santo cuya vida y legado trascienden la capital española al ser también el protector de los granjeros y las comunidades rurales. Es por ello que suele representarse ataviado con ropa de campesino y útiles propios de esta profesión. Esta festividad trae consigo un programa cargado de actividades a partir del 6 de mayo.
Este santo nació a finales del siglo XI en la antigua villa de Madrid en el seno de una familia humilde. Fue en esta misma ciudad donde moriría tiempo después. De acuerdo con la Archidiócesis de Madrid, su nombre original era Isidoro, como consta en un códice descubierto en 1505 en la iglesia de San Andrés, donde fue bautizado. Su vida estuvo marcada por la inestabilidad militar de la época, ya que vivió en una región cercana a la frontera entre los reinos cristianos y musulmanes. Cuando el ejército almorávide tomó Toledo, San Isidro se vio obligado a abandonar su hogar y trasladarse a Torrelaguna.

Su conexión con Madrid
En Torrelaguna, San Isidro contrajo matrimonio con Toribia, quien más tarde sería conocida como Santa María de la Cabeza, y juntos tuvieron un hijo llamado Illán. Posteriormente, regresó a Madrid para trabajar nuevamente como jornalero al servicio de la familia Vera, la misma para la que había trabajado antes de su partida. Durante esta etapa, San Isidro destacó por sus virtudes cristianas y por su habilidad para localizar pozos de agua que resultaron cruciales para salvar cosechas en tiempos de sequía.
Debido a su conexión con la villa, según señala el Ayuntamiento de Madrid, San Isidro es patrono de la ciudad desde 1212 y por sus orígenes de labrador es protector de los agricultores, campesinos e ingenieros agrícolas y agrónomos desde 1960. Si bien la capital española lo adoptó como emblema de la ciudad, este se convirtió en santo siglos más tarde, concretamente, 12 de marzo de 1622 por Gregorio XV.
Los milagros de este santo y su festividad
Uno de los hallazgos más emblemáticos atribuidos a San Isidro es un manantial situado a 450 metros de la actual Ermita de San Isidro, en el distrito de Carabanchel. Este manantial, considerado curativo desde el siglo XII, adquirió gran relevancia histórica cuando, en 1528, la emperatriz Isabel de Portugal ordenó la construcción de la ermita tras atribuir a sus aguas la curación de los males de Felipe II. “Para agradecer al santo su ayuda, su madre, Isabel de Portugal, erigió una ermita junto a aquella fuente, en el lugar que ahora se conoce como Pradera de San Isidro”, indican desde Europeana.
Su historia, aunque atípica, sigue siendo recordada y celebrada en las festividades que llevan su nombre, uniendo tradición, fe y cultura en la capital española. Lo más emblemático de esta festividad es la peregrinación hasta su ermita, donde se celebra con fuegos artificiales y comida la vida de este santo. Allí también se comen rosquillas y limonada. Además, también es tradición vestirse de chulapos y chulapas para bailar el clásico chotis en las verbenas madrileñas.