
Tras el fracaso de la votación de esta mañana, en la que el candidato democristiano y líder de la CDU/CSU se había quedado a seis votos de la mayoría absoluta, en la segunda vuelta ha conseguido reunir los apoyos necesarios para gobernar Alemania.
En una nueva votación secreta, Merz ha logrado 325 votos afirmativos, 15 más de los que había obtenido en la primera vuelta. De esta manera, supera la mayoría absoluta requerida para ser canciller, fijada en los 316 diputados.
Shock en el Bundestag
Todo parecía bien atado después de que ambas formaciones firmasen el lunes el pacto para la große koalition (en alemán, gran coalición): con los socialistas del SPD ambas formaciones suman 328 parlamentarios, pero en la primera vuelta se han conseguido 18 votos menos, desde las filas de la CDU/CSU y del SPD.
El líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Lars Klingbeil, estaba convencido de que Friedrich Merz sería elegido sin problemas como nuevo jefe del gobierno en la primera votación del Parlamento. Pero no fue así. Algo falló, y fue la primera vez que sucedió algo así. En la historia reciente del país nunca ningún candidato a canciller había fracasado en su primer intento de ser elegido jefe de Gobierno.
Y es que este martes el acuerdo se había convertido en papel mojado. Según apuntan varios medios alemanes, de esos 328 que iban a votar por Merz, nueve abandonaron la cámara, tres votaron en blanco, uno emitió un voto nulo y cinco votaron en contra. Ahora, Friedrich Merz ha conseguido recuperar 15 apoyos y ser investido canciller de Alemania.

Las posibles razones del fracaso de Merz
Una de las posibilidades podría estar dentro de su propio partido: a muchos no les habría gustado cómo se han repartido los cargos en el nuevo gobierno. Algunos diputados del SPD podrían haber decidido votar en contra o abstenerse como forma de protesta.
También se baraja otra posibilidad: que algunos diputados del SPD o del partido conservador CDU/CSU (al que pertenece Merz) hayan querido frenarle por motivos personales o políticos. Por ejemplo, hay socialdemócratas que aún no le perdonan a Merz haber votado una vez junto con la extrema derecha (AfD). Y dentro de su propio partido hay quienes están molestos por no haber recibido ningún puesto en el nuevo gabinete, o por su cambio de opinión sobre limitar el gasto público.
El resultado es claro: Merz no consiguió el apoyo suficiente en la primera votación, algo que dejó en evidencia lo frágil que es su coalición (el acuerdo de gobierno entre su partido y el SPD). Esto fue aprovechado por la ultraderecha, que celebró el caos y se presentó como alternativa preparada para gobernar.
Aunque finalmente Merz ha sido elegido este martes, ha tenido que negociar con otros partidos para repetir la votación. Incluso ha tenido que hablar con La Izquierda, un partido con el que hasta ahora decía que no quería colaborar.