
No todos los caminos profesionales se trazan desde la infancia. En el caso de Roberto Brasero, popularmente conocido como el “showman de la isobara”, su trayectoria como meteorólogo llegó por sorpresa y sin estar planificada. Con 54 años y una carrera consolidada como uno de los rostros más familiares de Antena 3, este talaverano es hoy una figura clave en la información meteorológica de la televisión española, aunque en sus inicios nada hacía presagiar ese destino.
Brasero estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, y su primera incursión profesional fue en los servicios informativos de Telemadrid. Fue allí, en pleno ejercicio del periodismo convencional, cuando una propuesta inesperada cambió su rumbo. Según ha contado en diversas entrevistas, fue la entonces directora de informativos, Elena Sánchez, quien le propuso ponerse al frente del tiempo. “Yo era un simple periodista de Telemadrid cuando me propusieron dar el tiempo. Fue idea de Elena Sánchez, que tristemente falleció. Me dijo: ‘vas a empezar a dar el tiempo’, y así empezó todo”, recordó en una entrevista concedida a El Español. “Nunca podré agradecerle lo suficiente que confiara en mí”, afirmó.
Desde aquel giro inesperado, su carrera ha ido en ascenso. Actualmente, es el responsable de la previsión meteorológica en Antena 3, donde se ha ganado la confianza de millones de espectadores. Su estilo cercano, su simpatía natural y su forma didáctica de explicar los fenómenos atmosféricos, a menudo apoyado por fotografías enviadas por la audiencia, le han convertido en uno de los comunicadores más queridos de la televisión.

Sin embargo, detrás del personaje televisivo hay un hombre discreto, que siempre ha evitado los focos de la fama. “Soy popular, pero nunca he querido ser famoso”, ha afirmado en más de una ocasión. Su participación en la quinta edición del programa El Desafío mostró una faceta más íntima y personal, poco conocida por el gran público.
Brasero creció en un cuartel de la Guardia Civil, donde su padre, Francisco Brasero Barreira, le inculcó valores como la lealtad, la disciplina y el respeto. “Tuve una infancia feliz y un gran padre. Fue un hombre estricto pero justo. Yo intento transmitir esos mismos valores a mis hijos”, contaba emocionado en ‘Espejo Público’. También ha compartido el fuerte vínculo que mantiene con su madre, Felicidad Hidalgo García, a quien describe como su mayor seguidora. “Pone la tele solo para verme”, confesaba con ternura.
En el ámbito familiar, el presentador también ha encontrado estabilidad y alegría. Está casado con Beatriz Francisca Pardo Lorenzo, con quien tiene cuatro hijos: Marina, Nerea, Íñigo Manuel y Rocío. “Intento ser padre y poner normas, pero también disfrutar con ellos y que disfruten conmigo”, explicó sobre su estilo de crianza.
Más allá del trabajo y la familia, Brasero también ha mostrado su lado más personal en redes sociales. Su perro Laya, un can de aguas de cuatro años, ocupa un lugar especial en su vida. “Nada mejor que un perro para entender que el tiempo es relativo”, escribió en uno de sus post de Instagram, reflejando el cariño que le tiene.

Entre sus pasiones figuran el tenis, el surf, los viajes por carretera y la música de Miguel Ríos. A pesar de que su trabajo en televisión lo apasiona, él mismo ha declarado en una entrevista con LOC que lo que más disfruta es el tiempo con los suyos: “Me encanta jugar con mis niños, reírme, salir al campo, tomar el sol… aunque cada vez cueste más, lamentablemente”.