Uno de los aspectos más llamativos de La Voz Kids 2025 es la complicidad entre los coaches, que es, a menudo, tan protagonista como los propios concursantes. Este año, una de las duplas que más está dando que hablar es la formada por David Bisbal y Lola Índigo, quienes han demostrado tener una conexión especial tanto dentro como fuera del plató. Junto a Manuel Turizo y Edurne, quienes debutan en el programa de Antena 3, los cuatro se postulan como rivales con la idea de lograr acoger en sus grupos a los nuevos talentos del formato.
En una entrevista con varios medios, entre ellos Infobae España, David Bisbal y Lola Índigo comparten sus impresiones sobre el programa, su experiencia con los niños y la admiración mutua que se profesan. “Nos tenemos mucho cariño, somos aliados”, comienza diciendo el cantante almeriense con una sonrisa, dejando claro que su relación con la artista granadina va más allá de la pantalla. “Yo a David ya lo conozco desde hace una pila de años”, añade la intérprete de Ya no quiero ná. No cabe duda de que la energía entre ambos es palpable y se traslada a su labor como coaches, una faceta que los dos abrazan con entusiasmo y respeto.
Durante la conversación, el tándem de artistas revela lo que implica para ellos ser mentor de los pequeños talentos. David recuerda sus inicios en Operación Triunfo hace más de 20 años y la presión que sintió al querer asegurarse un puesto en el podio para grabar su primer disco. “Yo era un manojo de nervios”, confiesa. En contraste, ambos destacan el temple con el que los niños enfrentan el reto, algo que para Lola Índigo es especialmente admirable: “Eso es lo que más valoro, su capacidad de estar tranquilos en un escenario tan grande”.

El trauma de Lola Índigo tras bloquear a Melendi
Sin embargo, no todo es dulzura. Uno de los momentos más complicados de su aventura en Atresmedia es cuando les toca decir “no”. “Cuesta muchísimo, sobre todo cuando son pequeños”, admite Lola. “Pero también es importante que aprendan que la vida está llena de rechazos y que eso no significa que su carrera haya terminado”. Ambos coinciden en que acompañar a los niños en esos momentos es tan significativo como guiarlos artísticamente.
La entrevista también abarca algunos detalles inéditos del programa. “Aquí hay de todo: robos, estrategias, pequeñas puyas entre compañeros... pero todo desde el cariño”, explica Bisbal entre risas. Lola, por su parte, desmiente los rumores de competencia agresiva: “No hay tonterías. Solo piques de ‘me gusta este niño, lo quiero en mi equipo’”.

Sobre el encanto del programa, no dudan: son los niños quienes lo mantienen vivo. “Ellos no mienten, son puros. Y eso conecta con la audiencia”, afirma Lola. Para David, lo más emocionante es ver cómo algunos de esos pequeños terminan convirtiéndose en artistas consolidados: “Es un privilegio formar parte de sus comienzos”. Entre bromas, confidencias y alguna que otra anécdota, como cuando Lola recuerda el trauma de haber bloqueado a Melendi por error o cómo los niños ya llegan con estrategias propias, se deja ver una imagen muy humana de estos dos artistas. Ambos, con carreras consolidadas, encuentran en La Voz Kids no solo un trabajo, sino una vocación: “Esto no es trabajo, es un gustazo”, aseguran.
El carisma de ambos artistas y su afinidad natural ha hecho que muchos se pregunten si habrá una colaboración musical entre ellos. Aunque no dan detalles concretos, las insinuaciones son prometedoras. “Estamos siempre ideando cosas”, dice David con picardía. “Ojalá”, añade Lola. “David siempre ha sido muy generoso conmigo, me ha apoyado desde el principio”, concluye.