
Después de un mes sin fumata blanca, la Comisión Europea estudia un nuevo plan para solucionar la guerra comercial entre Washington y la Unión Europea. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro que “no habrá más treguas” y Bruselas insiste en agotar todas las vías de diálogo para evitar la catástrofe comercial, aunque también está preparada para responder con contramedidas. “Estamos absolutamente decididos a llegar a acuerdos con EEUU que beneficien a ambas partes”, ha indicado este sábado el portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill, durante la rueda de prensa diaria de la CE.
Durante una reunión celebrada el miércoles con los embajadores de los 27 Estados miembros, la Comisión Europea delineó las bases de su nueva estrategia comercial. En este sentido, el paquete que perfila el ejecutivo comunitario —que tiene competencia exclusiva para negociar políticas comerciales—, aún sin propuesta formal, incluye una lista de concesiones que la Comisión está dispuesta a hacer y que ya ha presentado a los Estados miembros.
Las líneas generales ya han sido avanzadas por el propio comisario de Comercio Maros Sefcovic, entre ellas el acuerdo ‘cero por cero’ para los bienes industriales, la compra de gas natural licuado estadounidense y productos agrícolas, una mayor cooperación de control de la sobreproducción china y el impulso de más inversión en energía.
Según declaró el jefe comercial de la UE en una entrevista con Financial Times, la Comisión estaría “avanzando” en un acuerdo de compra de productos estadounidenses valorado en 50.000 millones de euros, que tendría como objetivo paliar el “déficit comercial” que Trump critica. “Si lo que consideramos un problema en el déficit son 50.000 millones de euros, creo que realmente podemos resolver este problema”, afirmó Sefcovic a FT.
Pero Olof Gill ha negado que haya conversaciones sobre dicho acuerdo. El portavoz comunitario aseguró en unas declaraciones recogidas por la agencia EFE que el comisario dijo “claramente que hay áreas en las que podríamos llegar a un acuerdo, no que vayamos a mirar una mayor cooperación con EEUU”. Gill resumió que “hay áreas en las que creemos que podemos aumentar potencialmente nuestras importaciones de EEUU, y eso también tendría el beneficio adicional, digamos, de reducir, en cierta medida, el superávit comercial de bienes del que disfrutamos, y que parece ser una fijación tan grande al otro lado del Atlántico”.
Esta maniobra, si bien aclaró el propio Sefcovic que sería difícil alcanzar un acuerdo aceptable con los estados miembros y el Parlamento Europeo, podría funcionar si la demanda de Trump es únicamente paliar el déficit. Pero nadie sabe con certeza qué es lo que pretende conseguir el magnate estadounidense de sus socios europeos, cuyo bloque, según él, se creó para “joder” a su país.
Pero al igual que muestran la zanahoria no esconden el palo. Según Politico, el plan contiene también una nueva lista de productos a los que se les aplicarían aranceles en caso de que las negociaciones fracasasen.
El arancel base no es una opción
De momento, Washington y Bruselas mantienen pausadas las subidas arancelarias durante 90 días, pero por el lado estadounidense solo las mostradas en la tabla que presentó el Dia de la Liberación. Mantiene en vigor, eso sí, un arancel base universal del 10%, así como los gravámenes a los automóviles, el acero y el aluminio, que se mantienen al 25%.
Una de las grandes incógnitas es si la Unión Europea se conformará con mantener ese arancel base si finalmente se llega a un acuerdo para detener el resto; o por el contrario, mantenerse firmes y arriesgarse a una escalada comercial al puro estilo Trump. Algunos estados miembros estarían a favor de ceder al 10%, pero Sefcovic ya ha dejado claro en la entrevista que una de las condiciones será la retirada de este gravamen.