
La reciente política de banderas anunciada para Eurovisión 2025 ha generado un intenso debate en varias partes de Europa. Según las nuevas disposiciones de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), los artistas solo podrán portar la bandera de su país durante los eventos oficiales de la competición. Esta medida ha sido criticada especialmente en Países Bajos, donde la emisora nacional AVROTROS ha decidido apelar la decisión tras una creciente controversia.
El origen de la polémica se dio a conocer a través de un artículo publicado en la página web de la emisora danesa DR, en el que se hacía referencia a la prohibición de portar la bandera feroesa en la green room. Este hecho tomó relevancia porque la representante de Dinamarca en Eurovisión 2025, Sissal, nació en las Islas Feroe. A raíz de esta decisión, la política actual solo permitirá a los artistas mostrar la bandera oficial del país que representan dentro del recinto.
Sin embargo, la normativa para el público es diferente. En este ámbito, la decisión queda en manos del país anfitrión, que en esta edición será Suiza. Reconocida por su compromiso con la libertad de expresión, Suiza permitirá en el recinto la exhibición de cualquier bandera que sea aprobada por sus autoridades, incluyendo las del orgullo LGTBIQ+ y de aquellos países que no participan en el certamen.
Inicialmente, AVROTROS respaldó la medida, siguiendo las declaraciones oficiales de la UER, en las que se definía a Eurovisión como un evento apolítico: “En los momentos oficiales, se muestra la bandera de cada país”, señaló la emisora holandesa. Sin embargo, añadieron: “Aunque entendemos las nuevas reglas, nos entristece que símbolos vinculados a la inclusión y la libertad de expresión, como la bandera arcoíris, hayan quedado dentro de esta medida restrictiva”.

La decisión también ha sido rechazada por parte de organizaciones defensoras de los derechos LGBTQ+, como COC Nederland, que expresó su preocupación por la exclusión de las banderas del orgullo en áreas como la green room o durante la ceremonia de apertura. Tras las críticas, AVROTROS mantuvo conversaciones con esta organización, y, finalmente, el jueves anunció su decisión de apelar la política de la UER. La emisora, que también retransmite el popular evento del Orgullo de Ámsterdam, aseguró que la decisión de apelar no respondió solo a la reunión, sino a una reflexión más amplia, y propondrá permitir el uso de banderas del orgullo para respaldar a los concursantes.
Polémica recurrente
El conflicto no es nuevo en la historia de Eurovisión. En 2016, una política interna de banderas destinada a los agentes de seguridad también causó malestar público al establecer la retirada de todas las enseñas que no fueran las oficiales de los países participantes. Años después, se adoptaron restricciones que solo permitían ingresar al recinto con banderas de los países participantes, lo que fue percibido como una prohibición hacia otras insignias, incluidas las del orgullo. La controversia creció aún más el año pasado, cuando agentes de seguridad confiscaron varias banderas no binarias. En respuesta, Nemo, artista no binario y ganador de la edición, mostró esa misma bandera de forma destacada en el escenario, desafiando las reglas establecidas.
La apelación de AVROTROS reaviva el debate en torno a las políticas sobre banderas, planteando nuevamente las tensiones entre las normas oficiales del evento y el compromiso de Eurovisión como plataforma inclusiva y diversa. La decisión final de la UER será clave para definir el posicionamiento del certamen frente a sus valores históricos.