El cantante sueco Mans Zelmerlöw, ganador de Eurovisión 2015, está en el punto de mira tras su divorcio. Y es que, después de que su ya exmujer, Ciara Janson, hablara públicamente de los presuntos malos tratos y consumo de sustancias del artista, ahora la actriz ha dado un paso más y le ha puesto una denuncia por violencia doméstica.
Según el diario sueco Expressen, Ciara ha presentado una denuncia policial contra el cantante. En la misma menciona un incidente que habría ocurrido durante la semana del Melodifestivalen, la preselección eurovisiva del país escandinavo en el que Mans volvía a participar este año con la canción Revolution.
En el informe, Ciara acusa a Zelmerlöw de haberla empujado contra una pared en el pasillo de un hotel. Al respecto, el abogado de Janson, Sargon De Basso, ha confirmado que se ha iniciado una investigación preliminar que incluye sospechas de violencia doméstica. Por su parte, la abogada de Zelmerlöw, Hanna Lindblom, ha indicado que ni ella ni su cliente tienen conocimiento de la denuncia presentada, subrayando que “un informe policial no constituye prueba de que se haya cometido un delito”. Lindblom también reitera que el artista niega firmemente las acusaciones, calificándolas de falsas.
Polémico divorcio
El pasado mes de marzo se conocía la separación del artista y su esposa, Ciara Janson, tras una década juntos y dos hijos en común. La noticia la confirmaba la representante del cantante, Helene Wigren, quien señaló que el artista había presentado la solicitud de divorcio. Wigren añadió que se trataba de una decisión particularmente compleja, considerando que el cantante es padre de una niña pequeña y figura pública.
Días más tarde, Ciara Janson acusó a su expareja de violencia emocional y física, acusaciones que Mans ha rechazado categóricamente. En una reciente entrevista con Göteborgs-Posten, Zelmerlöw expresó que su hogar ha estado libre de cualquier tipo de violencia, tanto física como psicológica, por su parte.

Sin embargo, el artista sorprendió al admitir públicamente el consumo de cocaína, algo de lo que también le había acusado su expareja. “Es algo muy común en mi industria, y me resultó difícil no probarlo”, comentó. Según relató, el consumo comenzó durante una gira, aunque aseguró que lo hizo exclusivamente en contextos de ocio y no en un entorno doméstico.
Zelmerlöw afirmó también haber enfrentado el problema y haberlo superado: “Se lo conté a las personas cercanas a mí, busqué ayuda y lo dejé. Estoy muy orgulloso de ello y nunca volveré a tomar esa mierda”, señaló. No obstante, su declaración ha tenido repercusiones en su vida profesional. La Fundación Zelmerlöw Björkman, de la cual el artista es cofundador, manifestó su rechazo al consumo de drogas por parte del cantante. Magdalena Jennstål, secretaria general de la fundación, explicó a Expressen que “el consumo de drogas ilegales no es compatible con nuestra misión; su puesto en la junta exige un comportamiento íntegro en este aspecto”.
Por ahora, las acusaciones y las investigaciones preliminares se encuentran en proceso. Mientras tanto, el cantante se esfuerza por recuperar su imagen pública tras esta serie de revelaciones que han puesto su vida personal y profesional bajo escrutinio.