Utilizó un rastreador GPS para localizarla y planeaba secuestrarla: estaba armado con un cuchillo carnicero

El individuo se había obsesionado con ella tras ser rechazado en múltiples ocasiones

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Un hombre mirando la localización
Un hombre mirando la localización en su móvil (Freepik)

Una cena tranquila entre amigas estuvo a punto de acabar en tragedia el jueves por la noche en el barrio de Résidence, en Saint-Gaudens (Francia). Una joven, que había acudido a casa de una conocida para compartir una agradable velada, fue violentamente agredida al salir del domicilio. El presunto autor de los hechos, un varón de unos veinte años originario de Pointis-de-Rivière, habría estado controlando sus movimientos mediante un rastreador de GPS para conseguir llegar a ella.

Según los primeros datos recabados por la investigación, ambos se conocían desde el instituto. Después de años sin contacto, habían retomado la relación en términos de amistad hacía relativamente poco. No obstante, para el chico, este reencuentro despertó sentimientos que fueron más allá de lo amistoso, declarándole su amor de forma persistente y continuada. La chica, deseando evitar cualquier malentendido, dejó claro desde un primer momento que no era mutuo. Sin embargo, el joven no aceptó la negativa y su comportamiento se volvió cada vez más obsesivo.

Uso de tecnología para rastrear a la víctima

Localizador GPS (Freepik)
Localizador GPS (Freepik)

Las pesquisas apuntan a que el agresor instaló un localizador GPS para seguir los desplazamientos de la víctima. De esta forma habría descubierto que se encontraba cenando en casa de una amiga en el citado barrio de Saint-Gaudens. La noche del jueves, en torno a las 22:00 horas, el sospechoso se presentó en las inmediaciones del inmueble y esperó al momento adecuado para actuar.

Cuando la chica salió a la calle, el individuo se abalanzó sobre ella, la sujetó bruscamente del pelo y la arrastró hasta la acera. En pleno ataque, sacó un cuchillo de carnicero con el que la amenazó, aterrorizando a la chica. Varios testigos presenciaron cómo la joven trataba de zafarse mientras era llevada a la fuerza por su agresor.

Dos amigos de la víctima, ambos deportistas, no tardaron en intervenir al ver la escena desde el interior de la casa. Aprovechando un instante de distracción, lograron reducir al atacante y desarmarlo tras un forcejeo. Durante la refriega, el presunto secuestrador resultó herido en el pecho, mientras que la joven sufrió diversas contusiones en la cara.

Armado hasta los dientes

Una vez controlada la situación, los agentes de policía desplazados al lugar procedieron a la detención del sospechoso, que tuvo que ser trasladado bajo custodia al hospital debido a las heridas sufridas. Simultáneamente, los investigadores inspeccionaron el vehículo del arrestado, donde encontraron varios objetos peligrosos: un cúter, un machete y numerosas bridas de plástico, todos ellos compatibles con un plan de secuestro premeditado.

El registro posterior en el domicilio del detenido, ubicado en Pointis-de-Rivière, reveló más hallazgos inquietantes. Entre otros objetos, los agentes localizaron una ballesta, lo que reforzó aún más la hipótesis de una preparación detallada para la comisión de un delito grave.

La joven atacada, que recibió primeros auxilios en el lugar, fue trasladada al hospital de Saint-Gaudens, donde fue atendida por las lesiones sufridas. A pesar de encontrarse en estado de shock, sus heridas no revestían gravedad.

El juez de instrucción asume el caso

La Policía Nacional detiene a los implicados en un secuestro en Madrid

La Fiscalía de Saint-Gaudens abrió inmediatamente una investigación judicial con el objetivo de esclarecer las circunstancias exactas del ataque y determinar si hubo premeditación. El sábado por la tarde, el arrestado fue imputado y trasladado a la Unidad Hospitalaria de Seguridad Intermedia (UHSI) de Rangueil, en Toulouse, donde permanece bajo vigilancia.

El asunto ha sido puesto en manos de un juez de instrucción, que ya ha iniciado las primeras diligencias. Los investigadores trabajan ahora en reconstruir los movimientos del agresor en los días previos a los hechos, analizando las comunicaciones entre ambos y el uso del rastreador GPS que habría servido para localizar a su víctima. El objetivo es determinar si el acusado había planeado otros actos similares o si este fue un acto aislado.