
Alrededor de 350 millones de personas tienen dificultad para percibir los colores de manera normal. Sufren daltonismo, una afección de la vista que hace que el ojo no distinga los verdes de los rojos o de los azules. El problema está en la retina y las células encargadas de detectar la luz: bastoncillos y conos.
Los bastoncillos solo detectan la luz y la oscuridad, mientras que los conos son los encargados de detectar los colores: rojo, verde y azul. Así, cuando alguno de los tres conos disponibles falla, aparece el daltonismo. Este puede ser leve, con dificultades según la luz disponible, o grave, hasta el punto de ver todo en distintos tonos de gris, sin capacidad de apreciar colores.
El daltonismo, además, es una afección que se puede heredad. De hecho, el daltonismo hereditario es la forma más común que existe. Según el Instituto Nacional del Ojo (National Eye Institute), esto se debe en particular a los cromosomas X e Y. Encargados de determinar el sexo biológico, juegan un papel crucial en la transmisión del daltonismo rojo-verde, el tipo más común de esta afección. Para que una persona desarrolle este tipo de daltonismo, todos los cromosomas X deben portar el gen asociado a la condición. Por otro lado, el daltonismo azul-amarillo y el daltonismo completo, que son menos comunes, se heredan a través de otros cromosomas distintos a los sexuales. Esto implica que estos tipos de daltonismo afectan por igual a personas de diferentes sexos
Por desgracia, significa que el problema no mejorará, pero tampoco empeorará con el tiempo.
Otras causas de daltonismo
Los genes no son la única razón que puede derivar en daltonismo. Si no aparece en el nacimiento, existen enfermedades o lesiones que pueden llegar más tarde en la vida y terminar por generar daltonismo.
- Patologías como el glaucoma o la degeneración macular relacionada con la edad.
- Enfermedades del cerebro o y del sistema nervioso, como el Alzheimer o la esclerosis múltiple.
- Medicamentos como el Plaquenil pueden generar este efecto secundario.
- Lesiones oculares o cerebrales, como el desprendimiento de retina o algunos tumores.
En casos de daltonismo completo o acromatopsia, la afección puede estar asociada al ojo perezoso, nistagmo (movimientos oculares rápidos involuntarios), sensibilidad a la luz y visión deficiente.
Síntomas del daltonismo
El daltonismo, ya sea genético o adquirido, puede tener un impacto significativo en la vida diaria de quienes lo padecen. Desde dificultades para identificar señales de tráfico hasta problemas para distinguir colores en entornos laborales o educativos, esta condición puede limitar ciertas actividades.
Los síntomas que se sufren dependen de la gravedad de la afección. Hay personas que padecen un daltonismo tan leve que no se dan cuenta de que no perciben bien los colores. Otros pueden sentir dificultad para ver los colores y su brillo de la manera usual o incapacidad para notar la diferencia entre distintos tonos de un mismo color o entre colores similares. Esto sucede mayormente entre el rojo y el verde o entre el azul y el amarillo. En los casos más graves, puede afectar a la agudeza visual.
De cualquier forma, para saber si realmente se tiene daltonismo, existe una prueba. Consiste en un dibujo formado por puntos multicolores, entre los que se puede distinguir un número o una forma concreta. Si no es capaz de distinguir los colores, la persona no podrá ver el dibujo.