
Un trágico accidente en la marina de Alicante acabó con la vida de Emile, un belga de 69 años que disfrutaba de su jubilación en la Costa Blanca. Según el medio belga SudInfo, el suceso ocurrió esta semana alrededor de las 22:00 horas, cuando Emile cayó de su yate y sufrió un impacto fatal contra un muelle flotante. La noticia ha dejado consternada a su familia, quienes se preparan ahora para afrontar la difícil tarea de repatriar su cuerpo.
De acuerdo con Todo Alicante, una pareja alemana que se encontraba cerca del lugar del incidente escuchó ruidos extraños y gritos que los alertaron. Al asomarse con una linterna desde el puente de su barco, lograron divisar un cuerpo flotando en el agua. El hombre de la pareja se lanzó inmediatamente al mar para intentar el rescate, mientras su compañera esperaba en tierra firme para iniciar maniobras de reanimación. “Inmediatamente comenzó un masaje cardíaco tras llevar el cuerpo de Emile al muelle”, describe SudInfo. Sin embargo, los esfuerzos fueron en vano: Emile no pudo sobrevivir al accidente. Las autoridades confirmaron que un amigo cercano de la víctima tuvo que identificar el cuerpo en ausencia de su familia, que todavía se desplazaba hacia España.
Emile, originario de Lanaken, en la provincia belga de Limburgo, era una figura conocida y respetada entre los navegantes de la marina de Alicante. Como explicó su hija Sarah, en declaraciones recogidas por el medio belga, la pérdida ha sido inesperada y trágica: “Estamos devastados, pero aún desconocemos las circunstancias exactas del accidente”. La esposa del fallecido, quien había regresado a Bélgica para celebrar la Semana Santa con la familia, no estaba presente en el momento del incidente.
Por su parte, Carlo, amigo íntimo de Emile y también residente en Alicante, relató el profundo apego que el fallecido sentía hacia su barco y el lugar que había elegido para disfrutar de su jubilación. “Su barco era su vida, su pasión. Lo había colocado de forma que tuviera una vista perfecta del puerto y de la ciudad. Todo giraba en torno a ese barco y a Alicante”, enfatizó. Además, destacó las cualidades personales de Emile, describiéndolo como alguien que amaba los placeres simples, pero sabía disfrutar intensamente de la vida bajo el sol mediterráneo.
Entre Bélgica y España
Emile dividía su tiempo entre Bélgica y España, una rutina que le permitía disfrutar de largos períodos a bordo de su embarcación en Alicante. Según subraya el medio belga, se trataba de un hombre que proyectaba una imagen de calidez y simpatía: “Era un rostro habitual en la marina, y su personalidad hacía que fuera querido por muchos de sus vecinos de pantalán.”
La investigación oficial para esclarecer los detalles del accidente continúan en marcha: las autoridades españolas buscan determinar con precisión en estos días las condiciones en que el belga se cayó al agua. Por ahora, la fecha de repatriación de su cuerpo a su país natal sigue pendiente, un trámite que la familia deberá organizar en los días próximos.