Altri se queda sin los fondos europeos que pidió para instalar su macrocelulosa en Galicia, pero el proyecto continúa: “No debería recibir ni un euro público”

El Gobierno ha confirmado que la empresa portuguesa no recibirá los 30 millones de las ayudas de descarbonización. Desde el movimiento ecologista y vecinal muestran cautela e instan a la población a seguir protestando contra la macrofactoría de celulosa

Guardar
Manifestación contra Altri en Pobra
Manifestación contra Altri en Pobra do Caramiñal, A Coruña, en marzo de este año. (Elena Fernández/Europa Press)

La macroplanta de celulosa que la empresa portuguesa Altri quiere instalar en Palas de Rei (Lugo) es uno de los proyectos industriales más controvertidos y cuestionados en la historia reciente de Galicia por su impacto medioambiental. Y aunque avanza en su tramitación pese al rechazo social, esta semana ha recibido el primer revés, al quedarse sin los fondos europeos para la descarbonización. Según adelantó elDiario.es el martes, el Gobierno decidió dejar fuera a Altri de las ayudas asociadas al Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), alegando que “no apoyarán ningún proyecto que ponga en riesgo a la población, la naturaleza, nuestro ecosistema o la vida misma”.

Altri precisa 250 millones de euros en ayudas públicas para construir su fábrica de celulosa en Galicia, lo que supone un 25% de los 1.000 millones de euros del total del proyecto. Pero, de momento, al no obtener los puntos necesarios, no recibirá los 30 millones que había solicitado dentro de la convocatoria de fondos europeos para la descarbonización. La empresa, lejos de echarse atrás, anunció el miércoles que recurrirá la resolución del Ministerio de Industria y que ya “busca otras vías de financiación pública” para que el proyecto se convierta en realidad.

Excluir a Altri de esos fondos europeos supone, según la organización ecologista Greenpeace, un primer paso para “evitar un malgasto de dinero público inasumible e injusto”. Pero también recuerda que la decisión tomada por el Gobierno no altera la hoja de ruta prevista por la multinacional lusa, que sigue avanzando en los próximos trámites, como la Autorización Ambiental Integrada. Greenpeace considera que lo ideal que es Altri “no reciba ni un euro de fondos públicos”.

Por su parte, Ecologistas en Acción ha convocado para el próximo 8 de mayo una concentración frente al Congreso de los Diputados con el objetivo de recordar a la clase política “que sean coherentes y que no podemos seguir subvencionando industrias contaminantes”, dice a Infobae España Cristóbal López, portavoz de la organización ecologista, que recuerda que Galicia ya tiene otra fábrica de celulosa instalada en la ría de Pontevedra, perteneciente al grupo Ence, que se nutre de la madera del eucalipto, “el monocultivo que está dañando la biodiversidad de la región”. ”Galicia no puede soportar dos macroplantas de celulosa“, asevera.

López también cree que la Xunta de Galicia prioriza los intereses de Altri sobre los de la población y el medio ambiente y critica la ”falta de transparencia” del Ejecutivo autonómico que dirige Alfonso Rueda, sobre todo a la hora de dar luz verde, el pasado mes de marzo, a la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto, un paso clave que concluyó que la planta se puede construir. “Cuando escuchamos al presidente y a los consejeros de la Xunta, parecen comerciales de la propia empresa”, lamenta.

El presidente de Galicia, Alfonso Rueda, habla sobre la macrocelulosa que Altri quiere instalar en Palas de Rei (Lugo). (Europa Press)

Tras obtener esa declaración ambiental favorable, Greenfiber, sociedad promotora del proyecto participada en un 75% por Altri y en un 25% por la española Smarttia, necesita ahora la Autorización Ambiental Integrada (AAI) para poder iniciar las obras de construcción, siempre y cuando consiga la financiación necesaria.

Desde Greenpeace consideran lógico que Altri no reciba esos 30 millones de euros “para un proyecto que no va a descarbonizar absolutamente nada”, pero les gustaría que el Gobierno central confirmara que “de las arcas públicas no saldrá ni un solo euro, pues el proyecto es enormemente perjudicial para el medio ambiente y la sociedad gallega”, insisten.

Manifestaciones multitudinarias contra el proyecto

La plataforma Ulloa Viva, que integra varias asociaciones contrarias a la megafábrica de celulosa, también celebra que a Altri se le haya negado esa subvención de los fondos europeos, aunque advierten de que aún hay que “revisar la letra pequeña” de la decisión tomada por Industria y animan a la población a “no bajar la guardia” y seguir protestando como hasta ahora contra el proyecto. De hecho, en los últimos meses miles de personas se han echado a la calle en Galicia en diferentes manifestaciones para mostrar su rechazo a la instalación de la macrocelulosa en Palas de Rei.

Decenas de personas durante la
Decenas de personas durante la manifestación contra Altri en Pobra do Caramiñal. (Elena Fernández/Europa Press)

Las próximas movilizaciones están convocadas para el 4 de mayo en Campo da Insúa, Lugo, y para el 1 de junio en Pontevedra, además de la concentración en Madrid frente al Congreso el 8 de mayo.

Ocuparía más de 150 campos de fútbol

El proyecto, que se instalaría en ese municipio lucense de unos 3.500 habitantes, prevé producir cerca de 400.000 toneladas de celulosa soluble y 200.000 de fibra lyocell al año, además de biomasa y yeso, para lo que Altri necesitaría extraer 46 millones de litros de agua diarios de la presa de Portodemouros sobre el río Ulla, cantidad que equivale al consumo de agua de toda la provincia de Lugo, según ha denunciado el movimiento ecologista y vecinal.

Preocupa también la temperatura a la que volverá el agua al río, 27 grados, lo que, dependiendo de la cantidad de caudal, puede afectar gravemente a las condiciones de vida de fauna y flora, pues aumentará la temperatura de su hábitat. Ecologistas en Acción advierte, asimismo, de que la planta incrementaría las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) y otros contaminantes causantes del cambio climático y reduciría los sumideros existentes.

Presa de Portodemouros sobre el
Presa de Portodemouros sobre el río Ulla. (Plataforma Ulloa Viva)

La planta ocupará 112 hectáreas (157 campos de fútbol) de una parcela que en total suma 366 hectáreas (unos 513 campos de fútbol), lo que también supondría una “amenaza para el marisqueo en la ría de Arousa” y para los municipios de la zona por los que discurre el Camino de Santiago, pues se verían afectados tres espacios de la Red Natura 2000 (ZEC Serra do Careón, ZEC Sistema Fluvial Ulla-Deza y ZEC Sobreirais do Arnego) e incluso el Parque Nacional das Illas Atlánticas de Galicia, aseguran asociaciones y residentes de la zona.