
La Audiencia Provincial de Cádiz ha impuesto una condena de 19 años de prisión a un hombre de 46 años por someter a su madre, de 83 años y con dependencia reconocida, a continuos malos tratos y agresiones sexuales en el domicilio familiar de Chiclana de la Frontera.
Según se recoge en la sentencia, a la que ha tenido acceso la agencia EFE, el acusado ejercía un control absoluto sobre su madre, a la que agredía física y psicológicamente de forma reiterada. Aprovechando su vulnerabilidad, tanto por su edad avanzada como por su estado de salud, el condenado abusaba sexualmente de ella.
El tribunal le ha impuesto 15 años de cárcel por un delito continuado de agresión sexual, agravado por el prevalimiento —es decir, el abuso de una posición de superioridad— y por la especial vulnerabilidad de la víctima. A esta pena se suman otros tres años por un delito de malos tratos habituales en el ámbito familiar y un año más por lesiones leves de carácter reiterado, con el agravante de convivencia en el mismo domicilio.
Control absoluto y aislamiento en el hogar
El fallo judicial detalla un ambiente de hostigamiento constante en el que el acusado imponía su autoridad mediante gritos, amenazas y actitudes intimidatorias. Esta situación no solo afectaba a la víctima, sino también a las profesionales de atención domiciliaria que acudían al domicilio dos veces por semana para prestar cuidados a la mujer, reconocida con un grado 1 de dependencia desde el año 2019.
Durante las visitas, el condenado evitaba que las trabajadoras sociosanitarias se quedasen a solas con su madre. Les obligaba a mantener la puerta del baño abierta mientras la asistían en su higiene personal y les prohibía realizar tareas domésticas básicas como hacer la cama o lavar la ropa de la víctima. Esta actitud buscaba, según la sentencia, mantener el aislamiento de la mujer y controlar completamente su entorno.
La víctima presentaba un estado emocional deteriorado, caracterizado por tristeza, miedo constante y sumisión. Físicamente, mostraba hematomas visibles en brazos y piernas, aunque estos no llegaron a requerir atención médica. Las pruebas médicas y los testimonios de las cuidadoras fueron fundamentales para reconstruir el día a día de la mujer bajo el dominio de su hijo.
Un caso documentado que fue clave para la condena

Aunque el tribunal considera probado un patrón continuado de abusos, la sentencia señala expresamente un episodio de violación ocurrido en mayo de 2023, del que quedó constancia médica a través de un parte de lesiones. Este hecho concreto resultó determinante para acreditar la existencia de las agresiones sexuales y reforzar la credibilidad del relato de la víctima.
Durante el juicio, el tribunal ha tenido especialmente en cuenta la situación de indefensión de la mujer y su imposibilidad de resistirse a los abusos, factores que han motivado la aplicación de varios agravantes. Asimismo, se ha ordenado la prórroga de la prisión provisional del acusado hasta el año 2032, es decir, hasta la mitad del cumplimiento de la condena.
La resolución de la Audiencia Provincial de Cádiz no es firme y puede ser recurrida ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.