
Con un tono franco y lleno de sabiduría práctica, el papa Francisco dejó un legado de sensatas recomendaciones que trascendieron el ámbito religioso, tocando temas universales de la vida cotidiana. A pesar de haber sido un gran ejemplo para la Iglesia católica, el pontífice también fue un gran defensor de la comunidad LGBT, luchó contra la pederastia, e incluso se postuló como un crítico de la ola populista. “No insonoricemos el corazón, no nos blindemos dentro de nuestras certezas”, dijo en una ocasión. Sus palabras resonaron no solo en temas de fe, sino también en la vida cotidiana y en los valores fundamentales de la humanidad.
A lo largo de sus más de 12 años como jefe de la iglesia, sus consejos abarcaron todos los campos, desde el amor y la familia hasta la justicia social. Sin embargo, uno de los mensajes más recordados, especialmente tras su fallecimiento el pasado lunes 21 de abril, a los 88 años, fue el que ofreció sobre cómo gestionar los conflictos en las relaciones de pareja. En un momento de despedida, cuando el mundo ha sido testigo del homenaje en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, miles de fieles siguen recordando sus enseñanzas sobre la importancia de resolver las diferencias antes de que termine el día, como clave para la armonía emocional y la paz interior.
“Peléense todo lo que quieran...”

Durante su papado, Francisco se caracterizó por su cercanía, su forma directa de comunicarse y su capacidad para conectar con las personas, siempre usando un lenguaje sencillo y accesible. Consciente de los retos que enfrentan las relaciones humanas, su consejo sobre las discusiones de pareja se convirtió en un mantra para muchos. En uno de sus discursos más comentados, Bergoglio dejó claro: “Cuando vos te peleas con tu marido, tienes que pedirle disculpas si no, no podéis seguir viviendo”.
Por este motivo, el pontífice continuó añadiendo una recomendación que se debe aplicar asiduamente en las discusiones. “Les aconsejo siempre a las parejas: peléense todo lo que quieran”, afirmó. Sin embargo, lo fundamental es que más tarde los dos sean capaces de hacer “la paz antes que termine el día”. La razón de ello, en sus palabras, es muy simple, “porque la Guerra Fría del día siguiente es peligrosa”, anunció.
Con esta recomendación, el papa no solo exhortaba a las parejas a no temer a las discusiones, sino a evitar que el orgullo o los silencios alargaran los conflictos. Para él, lo esencial no era la falta de desacuerdos, sino la capacidad de resolverlos de forma saludable y sin dejar que la rabia o el rencor se acumularan. De esta manera, el papa Francisco añadió en ese instante que debemos acercarnos un poco más a la postura del Señor.
Según explicó Su Santidad, “Dios perdona todo, todo, todo”, enunció. Pero además, “Dios no se cansa de perdonar” los errores humanos. En cambio, “somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. No se olviden de eso", advirtió el jefe de la Iglesia. De este modo, aunque se inicie una pelea, ya sea con una pareja o con una amistad, hay que concebir el momento del perdón, pues al final es lo que va a hacer que se mantenga esa unión.