Un hombre mata a 40 perros en 15 años y logran identificarlo, pero ha sido más rápido que la ley: “Trabajaremos para que se haga justicia”

Tras darse a conocer el caso, San Marino ha endurecido las penas por maltrato y matanza injustificada, pero el acusado será juzgado con la antigua ley que establece una pena máxima de dos meses

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Dos perros envenenados. (Asociación Protectora
Dos perros envenenados. (Asociación Protectora de Animales de San Marino)

Los vecinos de San Marino vuelven a respirar en paz. Aún así la comunidad aún se enfrenta las secuelas de un caso que por años mantuvo en vilo a los amantes de los animales. Un hombre jubilado de más de 80 años ha sido identificado como el presunto responsable de una serie de envenenamientos de perros que se dilataron durante más de 15 años, dejando al menos 40 animales muertos. A pesar del alivio tras identificación, el caso sigue generando indignación, ya que muchos consideran que la justicia no llegará a hacerse efectiva.

15 años de crueldad

Durante más de una década, los dueños de perros en San Marino, el pequeño país situado en el norte de la península Itálica, vivieron con temor ante la posibilidad de que sus mascotas fueran envenenadas durante los paseos o incluso en sus propios jardines. Los ataques ocurrían de manera intermitente. Según los informes, el autor colocaba cebos envenenados en lugares públicos como aceras, caminos y parques, así como en jardines privados, para provocar la muerte de los animales.

Las primeras investigaciones señalaron que las muertes confirmadas de perros llegaron aproximadamente a 40, aunque se sospecha que el número real podría ser mayor si se considera a los animales salvajes o sin dueño que también pudieron ser víctimas. Maya y Tea, dos perros mestizos pertenecientes a un miembro de la Asociación Protectora de Animales de San Marino (APAS), se convirtieron en un símbolo de la lucha por la justicia cuando fueron envenenados en el jardín de su casa el 25 de junio de 2011.

Identificación del culpable

El avance en el caso se produjo después de que cámaras de vigilancia registraran al sospechoso cerca de una zona donde, en los últimos días, se habían reportado nuevos episodios con siete perros envenenados. Uno de estos animales murió por complicaciones respiratorias, mientras que otro permanece en estado grave. Este descubrimiento permitió identificar al autor, un hombre que ya contaba con antecedentes: en el pasado había mostrado claras actitudes de impaciencia hacia los animales y quienes los cuidan, llegando incluso a recibir una condena por insultos debido al envío de cartas llenas de odio a APAS y ciudadanos afines a la causa animalista.

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Indignación ante la falta de castigo significativo

Aunque la identificación del responsable representa un alivio para muchos, la sensación de frustración predomina. La razón principal es que, debido a la legislación vigente cuando ocurrieron los hechos, el hombre podría enfrentar penas leves. Solo tres días antes de que se diera a conocer el caso, el Gran y General Consejo, el parlamento de la República de San Marino, aprobó una reforma que endurece las penas por maltrato y matanza injustificada de animales, elevándolas a un máximo de tres años de prisión. Sin embargo, la naturaleza no retroactiva de la ley impide que esta se aplique al caso en cuestión.

“Los últimos envenenamientos con la nueva ley aprobada ayer por la tarde, si ya hubiera estado en vigor, habrían sido castigados con el segundo grado de prisión, pero lamentablemente el asesino será juzgado con la antigua ley que establece la pena máxima de arresto en segundo grado, es decir, desde apenas quince días hasta un máximo de dos meses”, lamenta la APAS.

La batalla continúa

Desde APAS aseguran que seguirán trabajando para lograr justicia, declarando que serán parte civil en el proceso judicial que se avecina. “Trabajaremos para que se haga justicia. No vamos a parar”, señalaron representantes de la organización, enfatizando la importancia de establecer una condena ejemplar que desmotive futuros actos de crueldad animal.

Sin embargo, demostrar que el acusado está vinculado con todos los envenenamientos no será una tarea sencilla, a menos que se obtenga una confesión o pruebas irrefutables que sostengan la acusación. Por ahora, continúa el desafío de esclarecer la magnitud real de los actos cometidos y garantizar que este caso no quede como un ejemplo de impunidad en San Marino.