
No es ninguna novedad afirmar que los orines de los perros causan malestar en muchos ciudadanos cuando estos se producen en la calle y espacios comunes como en las esquinas de edificios. Por este motivo, una ciudad española ha decidido endurecer la normativa para que reforzar la convivencia con las mascotas (gatos, hurones y canes). El Ayuntamiento de Bilbao ha implementado un nuevo reglamento que incluye la obligación de que los dueños de perros limpien los orines de sus animales en la vía pública utilizando agua, una práctica que deberán realizar portando el líquido consigo.
Al igual que recoger los excrementos con una bolsita y depositarlos en la papelera, ya es una obligación. La capital vasca también ha implementado la higienización de la zona en la que el perro haya realizado las micciones. Además, el incumplimiento de esta disposición podría acarrear graves sanciones económicas, según lo establecido en la nueva Ordenanza Municipal Reguladora de Protección, Bienestar y Tenencia Responsable de los Animales de Compañía.

Quejas de los vecinos
La decisión responde a las constantes quejas de los vecinos sobre la presencia de excrementos y orines de animales en lugares inapropiados, como calles peatonales o áreas cercanas a parques infantiles. Este problema, que afecta tanto a la higiene como a la imagen de la ciudad, ha llevado a las autoridades locales a tomar medidas más estrictas para garantizar el respeto al espacio público. Según ha señalado el concejal de salud y consumo, Álvaro Pérez: “Debemos velar por los derechos de los animales que acogemos en casa como mascotas, al mismo tiempo que debemos cumplir con unas normas de conducta esenciales para una adecuada convivencia”.
Además de esta obligación, la normativa establece que las correas utilizadas para pasear a los perros no podrán superar los dos metros de longitud, sin importar el tamaño del animal. Por otro lado, los dueños de estos deberán cumplir con otras responsabilidades, como registrar a sus mascotas, vacunarlas contra la rabia y, en el caso de los perros, contar con un seguro de responsabilidad civil. Estas disposiciones buscan reforzar la seguridad tanto de los animales como de las personas que comparten los espacios urbanos.
Más medidas y multas relacionadas
Otra de las medidas destacadas en la nueva ordenanza es la prohibición de criar y vender animales entre particulares. Según el propio Consistorio, esta restricción tiene como objetivo evitar la proliferación descontrolada de animales y fomentar la adopción responsable. En el caso de los perros catalogados como potencialmente peligrosos, la normativa establece que deberán ser castrados antes de cumplir los 12 meses de edad.
En este sentido, para hacer cumplir con lo estipulado por el Ayuntamiento de Bilbao, las autoridades podrán sancionar con multas que van desde los 100 hasta los 100.000 euros, dependiendo de la gravedad. Se considerarán leves aquellas acciones que no provoquen daños físicos ni trastornos emocionales en el animal; las graves serán aquellas que implican dolor y sufrimiento. Por último, se considerarán muy graves, las que causen la muerte o secuelas permanentes. “Se busca así disuadir conductas que impliquen maltrato o abandono de los animales”, ha destacado la institución local.
Un modelo para otras ciudades
El Ayuntamiento de Bilbao también ha puesto en marcha medidas específicas para controlar la población de gatos callejeros. Se implementará el programa de Captura, Esterilización y Retorno (CER), que permitirá gestionar las colonias felinas de manera más eficiente. Solo estas serán reconocidas oficialmente por el ayuntamiento y podrán ser gestionadas bajo este programa, lo que implica que los animales serán capturados, esterilizados y devueltos a su entorno original.
La normativa aprobada en la capital vasca se suma a una tendencia creciente en España, donde cada vez más municipios adoptan medidas para garantizar la limpieza y el bienestar animal en las ciudades. Por ejemplo, la obligación de recoger los excrementos de los perros ya está ampliamente extendida en el país, y ahora se busca incluir también la limpieza de los orines como una práctica habitual.