
En el Ministerio de Sanidad lo tienen claro: la prescripción enfermera se queda “porque ya está en la vida real”. El pasado martes, el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de Ley del Medicamento, la primera reforma a fondo que recibirá esta normativa desde 1990. Entre sus disposiciones adicionales, Sanidad ha decidido otorgar a enfermeras y fisioterapeutas la capacidad de recetar medicamentos en el ámbito de sus competencias, una medida que viene a “normalizar un ámbito de prescripción” que ya ocurre, ha explicado el secretario de Estado, Javier Padilla.
La medida, anunciada la semana pasada, desencadenó el rechazo del colectivo médico, que aseguró que “podría tener implicaciones en la seguridad del paciente y comprometer la calidad de la atención sanitaria”. Desde el Foro de la Profesión Médica, insistieron en que la prescripción es una “atribución del médico para la que se requiere un mínimo de formación de seis años en el Grado de Medicina y cuatro o cinco años de especialización”, pese a que podólogos y odontólogos también pueden realizarlo sin cumplir estos requisitos.
A día de hoy, las enfermeras y fisioterapeutas ya tienen ciertas competencias en el ámbito de la prescripción. El Real Decreto 954/2015, de 23 de octubre, que les reconoce capacidades para “indicar, usar y autorizar la dispensación de todos aquellos medicamentos no sujetos a prescripción médica y los productos sanitarios de uso humano relacionados con su ejercicio profesional, mediante la correspondiente orden de dispensación”. Pero los enfermeros necesitan estar acreditados y deben seguir unas guías de dispensa, que les autorizan para recetar medicamentos muy concretos.

La intención del actual anteproyecto es “reconocer una realidad existente”, porque las enfermeras ya prescriben, así como "dar una mayor seguridad jurídica a los profesionales a este respecto" y “equiparar titulaciones que tienen el mismo rango”. “Una enfermera que te vacuna y que te indica la utilización de un antitérmico en caso de que concurra algún tipo de fiebre, enrojecimiento o tumoración local, tiene que poder también prescribirte el medicamento que te está indicando”, ha razonado el secretario, que ha recordado que “no ha habido ninguna queja nunca con los podólogos y los odontólogos”.
El anteproyecto se encuentra en audiencia pública y aún debe pasar por tramitación parlamentaria para decidir si finalmente entra en vigor. Padilla ha insistido ante los medios que el ministerio está “abierto” al diálogo y leerá cualquier aportación que se les haga llegar, pero no habrá cambios sustanciales con la prescripción enfermera. “Este es un elemento que va a estar presente en el proyecto de ley porque ya está en la vida real”, ha asegurado en una rueda de prensa.
Si solo molesta un artículo, “es una buena noticia”
El anteproyecto también ha recibido las críticas de la industria farmacéutica, pero desde Sanidad están tranquilos: si de 146 artículos, solo molesta uno, “es una buena noticia”, ha sentenciado Padilla, ante los medios. Es, en concreto, el artículo 115 el que ha suscitado la protesta de las principales organizaciones, que modifica el actual sistema de precios.
El nuevo sistema cambiaría el actual precio fijo de los medicamentos genéricos por una horquilla de precios, que se establecería a partir de las propuestas de las propias farmacéuticas. A partir de los valores comunicados, se elaboraría una cesta de productos seleccionados, completamente cubiertos por la Seguridad Social. Todas aquellas marcas que queden fuera de la horquilla de precios quedarían recogidas en una cesta de productos no seleccionados y el paciente tendría que abonar la diferencia de precio.
El objetivo es dar un impulso a la competencia en un país donde los medicamentos genéricos son más caros que en las naciones vecinas (un 8% por encima de la media de la UE). Desde la industria farmacéutica, sin embargo, han considerado que se trata de una especie de subasta “a ciegas” que “pondría en peligro el tejido productivo en España” y provocaría “un serio deterioro de los problemas de abastecimiento”. La preocupación viene ante la posibilidad de que se produzcan cambios bruscos en la financiación de los medicamentos según el precio al que se puedan producir, que cambiaría cada seis meses, según el actual anteproyecto.
Pero Sanidad llama a la calma. “No es un sistema para mantener a todos los productos continuamente ofreciendo precios más bajos”, ha asegurado César Hernández, Director General de Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, sino una forma de incentivar la competencia “sin ser intervencionista” con los productos que acaban de perder la patente y tienen un precio más caro. Ha recordado, además, que el sistema no buscará el precio más bajo, sino que tendrá en cuenta “cuántos productores hay, cómo se reparten en el mercado, que no haya problemas de suministro y que se respete la autonomía estratégica”, es decir, que existan productores de proximidad.