
Hartos de que las empresas “recorten sus derechos laborales y rechacen sus propuestas”, los trabajadores del servicio de recogida de basuras de Madrid han convocado una huelga indefinida a partir del próximo 21 de abril para exigir tanto mejoras salariales como una mayor estabilidad, entre otras reivindicaciones. Con un convenio que caducó el pasado 31 de diciembre, el objetivo de este paro en el que están convocados unos 1.800 trabajadores es que “cese la actitud de bloqueo y retroceso” mostrada por las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento de Madrid para gestionar este servicio (FCC, Valoriza, Acciona, OHL, Prezero y Urbaser), así como aprobar un nuevo convenio.
“A día de hoy, el convenio, ya caducado, no recoge muchos de los cambios legislativos que ha habido, no contempla las últimas reformas, por lo que tenemos que estar aplicando el Estatuto de los Trabajadores. Las empresas, además, están haciendo acuerdos verbales con los trabajadores, lo cual es algo inaudito en nuestro sector y eso no se puede hacer cuando hay un convenio regulador”, dice a Infobae España Enrique Benito, integrante del sindicato mayoritario en la empresa, Sector Profesional RSU, y miembro del comité de huelga.
Actualmente, explica, hay trabajadores de “segunda división que van a trabajar cuando a los encargados de turno les viene bien”, lo que imposibilita la conciliación familiar, mientras que otros llevan 15 años trabajando “encadenando contratos eventuales”. Por ello, los empleados de este sector reclaman, además de una subida salarial, una “bonificación adecuada de la nocturnidad y no trabajar más de seis días consecutivos de noche (ahora son siete), además de un reconocimiento del turno de tarde como jornada ordinaria, especialmente para que los mayores de 55 años puedan elegir”. También reivindican su derecho a días de asuntos propios, mayor estabilidad y promoción interna, “incluyendo ascensos en taller por antigüedad, regularización de indefinidos parciales y un sistema justo para la contratación de eventuales”.
En cada reunión con la parte empresarial, “lejos de concederles una mejora en las condiciones de trabajo, solo recortan”, aseguran desde este sindicato mayoritario que se formó a finales del año pasado, y lamentan que no quieran llegar a acuerdos. “Solo han rechazado nuestras propuestas, no hay ningún ánimo de negociación. El bloqueo es absoluto”, asegura Benito, que insiste en que se trata de la limpieza y salubridad de Madrid. De hecho, en la última reunión que mantuvieron el 4 de abril, las empresas no cambiaron su postura y quieren que los trabajadores del sector firmen un convenio a siete años, cuando la vigencia de sus contratos con el Ayuntamiento de Madrid caduca en noviembre de 2028.

Sobre las críticas de las empresas por el alto absentismo en la recogida de basuras, desde Sector Profesional RSU recuerdan que se trata de un trabajo que desarrollan “a la intemperie todos los días del año —excepto el 25 de diciembre y el 1 de enero— llueva, haga calor o frío” y, al ser un trabajo mecánico, las lesiones en la rodilla, tobillos hombro o espalda son comunes. De ahí precisamente que los trabajadores propongan “una reducción de los turnos de noche de siete días seguidos e incentivos económicos para que no haya tanta rotación de servicios”, ya que actualmente lo habitual es trabajar seis meses de mañana y seis meses de noche.
Un negocio millonario
Aunque la recogida de basura en Madrid está gestionada por al Ayuntamiento que dirige José Luis Martínez-Almeida, lleva años en manos de empresas privadas y se trata de un negocio que genera beneficios millonarios. La mayoría de las empresas concesionarias en la capital son constructoras como FCC, Valoriza, Acciona, OHL, o firmas especializadas en servicios ambientales como Urbaser o Prezero, que se reparten las diferentes zonas de la ciudad,
En opinión del sindicato, hace 25 o 30 años “tenía lógica que el consistorio sacara este tipo de servicios a concurso público, por la necesidad de que entrara capital externo para que el servicio funcionara”, dada la enorme inversión que había que hacer en maquinaria, personal o los propios centros de trabajo. Pero ahora, añaden, esos centros de trabajo y los camiones son propiedad del Ayuntamiento y, por tanto, las empresas “lo único que hacen es gestionar las nóminas”. “Los trabajadores, tanto el jefe de parque como encargados y operarios, vamos subrogados a la licitación a la que estamos adscritos. El contrato está adscrito al servicio, los parques son de propiedad municipal y los camiones los compra el Ayuntamiento”, detalla Benito, que se pregunta cuál es aportación de la empresa.
De momento, las empresas, cuya propuesta “está muy alejada del incremento del IPC de los últimos años”, recuerdan desde el sindicato, han propuesto a los trabajadores una reunión para este martes 15, otra para el 21, el mismo día de la huelga, y otra más para el día 25. “En momentos como la pandemia y Filomena salimos a la calle a hacer nuestro trabajo, somos profesionales esenciales y nos dejamos la piel en ello. Lo único que pedimos es un mínimo de condiciones para que mejore nuestra situación, un nuevo convenio”, concluyen.