Qué alimentos pueden provocar un falso positivo en un control de alcoholemia de la DGT

Aunque la mayoría de los conductores asume que solo pueden dar positivo en un control de alcoholemia tras haber consumido bebidas alcohólicas, algunos alimentos y productos de uso cotidiano pueden alterar el resultado

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Test de alcoholemia. (Shutterstock)
Test de alcoholemia. (Shutterstock)

El consumo de alcohol al volante continúa siendo uno de los principales factores de riesgo para la seguridad vial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que las personas que conducen bajo sus efectos tienen un riesgo “significativamente mayor” de sufrir un accidente. De hecho, estima que el alcohol está presente en uno de cada tres siniestros viales. En España, la Dirección General de Tráfico (DGT) mantiene una política de tolerancia cero y alerta de que incluso pequeñas cantidades pueden comprometer la conducción, al alterar la visión, el tiempo de reacción, la percepción del riesgo y la precisión en las maniobras.

Aunque la mayoría de los conductores asume que solo pueden dar positivo en un control de alcoholemia tras haber consumido bebidas alcohólicas, algunos alimentos y productos de uso cotidiano pueden alterar el resultado. Así lo han advertido expertos en seguridad vial, que señalan cómo ciertos procesos de fermentación natural o la presencia de ingredientes alcohólicos en productos aparentemente inocuos pueden inducir a errores.

Uno de los factores que aumenta el riesgo de estos falsos positivos es la modificación del límite legal. En España, se ha anunciado una reducción a 0,2 gramos por litro en sangre y 0,1 miligramos por litro en aire espirado, lo que incrementa la sensibilidad de las pruebas y, con ello, la posibilidad de obtener resultados positivos por otras causas.

Entre los alimentos que pueden generar falsos positivos destacan:

  • Caramelos y bombones con licor: Algunos dulces y postres contienen pequeñas cantidades de bebidas alcohólicas, como ron o coñac, utilizadas para potenciar el sabor. Aunque su contenido es reducido, el alcohol puede permanecer en la saliva e influir en el resultado si se realiza la prueba justo después del consumo.
  • Frutas muy maduras: Plátanos, uvas y otras frutas que comienzan a fermentar de forma natural pueden liberar pequeñas cantidades de etanol, sobre todo si han estado almacenadas durante mucho tiempo o a altas temperaturas.
  • Encurtidos y alimentos fermentados: El vinagre y otros ingredientes utilizados para conservar ciertos productos, como pepinillos o col fermentada, también pueden contener trazas de alcohol debido a la fermentación.
  • Pan de semillas de amapola: Aunque no provoca falsos positivos en alcoholemia, su consumo sí puede alterar los controles de drogas, concretamente en los test de opioides, debido a la presencia de morfina natural en las semillas.
Cuál es el efecto del alcohol en el cerebro.

A estos alimentos se suman algunos medicamentos de uso habitual. El jarabe para la tos, los remedios contra el resfriado o los aerosoles para el asma pueden incorporar alcohol como excipiente. En el caso de los colutorios, el contenido alcohólico es especialmente elevado y su uso justo antes de soplar puede alterar significativamente el resultado de la prueba.

La recomendación general ante esta situación es esperar al menos 15 minutos tras el uso de cualquiera de estos productos antes de someterse a un control, ya que en muchos casos el efecto desaparece transcurrido ese tiempo.

Consecuencias legales de dar positivo

Conducir bajo los efectos del alcohol está tipificado como infracción grave o delito, según el nivel de concentración detectado y la situación concreta. En los controles rutinarios, dar positivo puede conllevar una multa de hasta 1.000 euros y la pérdida de seis puntos del carné de conducir. Si la tasa supera los 0,60 mg/l en aire espirado (o 1,2 g/l en sangre), el conductor puede enfrentarse a un proceso penal, que incluye penas de prisión de hasta seis meses o trabajos en beneficio de la comunidad, así como la retirada del permiso por un periodo de uno a cuatro años.

Ante la posibilidad de que un alimento o medicamento altere el resultado de la prueba, los agentes pueden realizar una segunda medición pasados unos minutos o recurrir a un análisis de sangre para confirmar o descartar el positivo. En cualquier caso, la responsabilidad última recae en el conductor, que debe garantizar que está en condiciones de circular sin riesgo.