Dos empleados de una tienda en la ciudad de Salisbury, Inglaterra, han sido condenados después de robar 74 veces en ella. Según una información de la BBC, Liam Snook, de 34 años, y Sarah Brooks, mantuvieron este esquema de robos durante nueve meses, entre mayo de 2023 y enero de 2024, apropiándose de mercancías valoradas en aproximadamente 9.200 euros.
Snook, quien ocupó entonces el cargo de gerente de ventas, ha recibido una sentencia de nueve meses de prisión, suspendida por dos años. Por su parte, Brooks, que trabajó como asistente de ventas y había comenzado en el puesto pocas semanas antes de que iniciaran los robos, fue condenada a realizar 167 horas de trabajo comunitario no remunerado en el plazo de un año. Además, ambos deberán pagar una compensación a la tienda de 3.300 euros cada uno, según detalló el tribunal.
Un plan coordinado durante los turnos laborales
De acuerdo con la BBC, el tribunal de magistrados de Salisbury escuchó cómo los robos se llevaban a cabo principalmente cuando ambos trabajaban juntos. Aunque en ocasiones el gerente actuaba solo, la mayoría de los hurtos se realizaban en colaboración con su compañera. Durante los traslados compartidos al trabajo, ambos discutían lo fácil que sería sustraer productos de la tienda. Este diálogo inicial marcó el comienzo de una rutina delictiva que se repetía cada lunes y jueves.
Según el testimonio presentado en el tribunal, Brooks aprovechaba sus turnos para tomar artículos, mientras que Snook cerraba la tienda al final del día. Una vez que todos los empleados habían abandonado el lugar, ambos regresaban al interior del establecimiento para continuar con los robos.
La detección del esquema y las consecuencias legales
El comportamiento sospechoso de Snook fue detectado por un nuevo empleado, que notó que el gerente permitía que todo el personal se retirara antes de regresar solo al interior de la tienda, algo que contravenía las normas de seguridad de esta compañía. La observación continúo hasta que el gerente de prevención de pérdidas del área iniciara una investigación, que culminó con la suspensión de ambos empleados el 30 de enero de 2024.
Además de las sentencias judiciales, parte de las pérdidas económicas sufridas por la tienda fueron recuperadas mediante deducciones salariales aplicadas a los acusados antes de su despido.
Delincuencia motivada, prolongada y sin remordimientos
El caso fue investigado por las autoridades locales, quienes recopilaron pruebas suficientes para llevar a los acusados ante el tribunal. Las grabaciones de las cámaras de seguridad muestran a la pareja en un estado de ánimo que el investigador describió como “jubiloso y planificado” durante la ejecución del robo.
Según Ange Dowsett, investigador local de delitos en unas declaraciones recogidas por este medio, los robos fueron calculados y de alto valor, y los responsables actuaron sin mostrar señales de arrepentimiento. Dowsett señaló que “su delincuencia fue motivada, prolongada y sin remordimientos”, y subrayó que ambos “abusaron de sus posiciones de confianza como empleados”.
Brooks llegó a admitir que ambos habían discutido la posibilidad y facilidad de robar durante sus viajes compartidos al trabajo. Esta confesión, junto con las pruebas recopiladas por el gerente de prevención de pérdidas, resultó clave para la decisión del tribunal.
