
El príncipe Harry se ha sincerado tras la prolongada batalla legal que ha reavivado viejas heridas vinculadas a su separación de la familia real británica en 2020. El hijo menor de Carlos III y Diana de Gales recurrió a la vía judicial para apelar la decisión de arrebatarle la seguridad financiada por el Estado y, tras dos días de audiencia en Londres, ha confesado a People cómo se siente.
Según declaró al citado medio el pasado 9 de abril, esta disputa judicial ha confirmado sus “peores temores” respecto a la situación con su familia y los acontecimientos vividos tras abandonar sus deberes reales. “Es realmente triste”, expresó al salir de los Tribunales Reales de Justicia de Londres.
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El duque de Sussex, de 40 años, ha asistido durante dos días consecutivos a las audiencias relacionadas con su apelación contra la decisión de retirar su seguridad financiada por el Estado en 2020. La medida fue tomada tras el anuncio de Harry y Meghan Markle de su intención de vivir fuera del Reino Unido. “Intentábamos crear un hogar feliz”, ha declarado ahora a People.
En medio de este proceso judicial se ha revelado información inédita sobre la salida de Harry y Meghan del Reino Unido, como las cartas en las que la reina Isabel II expresaba la necesidad de una “seguridad efectiva” para los Sussex tras la reunión mantenida por la familia real en Sandringham. Sin embargo, apenas un mes después, el Comité Ejecutivo para la Protección de la Realeza y las Figuras Públicas (RAVEC) retiró dicho beneficio.

Desde entonces, Harry se ha involucrado profundamente en comprender los procesos detrás de esta decisión, convencido de que la eliminación de las medidas de seguridad fue una táctica deliberada para presionarlo a regresar al servicio activo dentro de la monarquía, algo que ahora parece corroborarse. “Esto fue la gota que colmó el vaso”, afirma. Para él, la situación no solo expuso la falta de apoyo en un momento crucial, sino que también marcó los límites de hasta dónde estaba dispuesta a llegar la familia real.
Una relación rota
En paralelo, las tensiones con su familia han persistido. Aunque padre e hijo tuvieron una breve reconciliación en febrero de 2024 tras el diagnóstico de cáncer del rey Carlos III, la comunicación entre ambos se ha interrumpido. Según fuentes cercanas consultadas por People, Carlos ha dejado de responder a las llamadas y cartas de Harry. Los intentos del duque de Sussex por contactar a su hermano, el príncipe Guillermo, tampoco han obtenido respuesta.
Durante la audiencia, el equipo legal de Harry ha argumentado que RAVEC actuó de forma inconsistente y discriminatoria al retirar su seguridad, colocándolo en una posición de mayor vulnerabilidad. También señalan que otros individuos de alto perfil, como ex primeros ministros y estrellas de la música, han mantenido dichas protecciones. Según Harry, su padre podría intervenir en el asunto, pero desde el Palacio de Buckingham han recalado a People que “la idea de que la seguridad de Harry esté bajo el control del rey Carlos es completamente incorrecta”.
Gran parte de las audiencias del 9 de abril se desarrollaron a puerta cerrada, aunque las revelaciones que emergieron han sido impactantes para Harry, quien no ha ocultado su desilusión y tristeza por lo que ha salido a la luz en este proceso. “La gente se sorprendería de lo que se está ocultando”, ha señalado.
Esta batalla legal se suma a otros enfrentamientos que ha llevado a cabo contra medios de comunicación, como su reciente victoria contra el editor de The Sun por prácticas ilegales, que culminó en un acuerdo financiero significativo en enero de 2025. Sin embargo, Harry considera que este caso, que afecta directamente a la seguridad de su familia, es el más importante que ha librado.
“Si algo les sucediera a Meghan, Archie o Lilibet, nunca podría perdonármelo”, ha declarado. Motivado por la búsqueda de justicia, el príncipe mantiene su determinación de continuar luchando hasta el final, independientemente del veredicto que emita el Tribunal de Apelación en las próximas semanas.
Tras finalizar las audiencias, Harry viajó por sorpresa a Ucrania este 10 de abril, donde visitó una clínica que apoya a militares y civiles heridos, reafirmando su compromiso con las causas que lidera.