El mejor truco para limpiar la silla de la playa: lograrás reparar todos los daños antes del verano

La borrasca Oliver ha vuelto a empañar el cielo y con él, los planes de quienes esperaban disfrutar del buen tiempo. Lluvias y tormentas marcarán el día a día de gran parte del país, al menos hasta el próximo domingo 13 de abril.

Sin embargo, no todo es gris en el horizonte. Para muchos, el consuelo está en el calendario: faltan menos de diez semanas para que comience oficialmente el verano. Con ese pensamiento, ya hay quienes sueñan con tardes en terrazas, paseos al atardecer y jornadas enteras en la playa. Algunos incluso han comenzado los preparativos: limpiar hamacas, revisar sombrillas y dejar todo listo para el regreso del sol. Porque, aunque el clima aún se resista, la ilusión del verano sigue intacta, y cada día que pasa acerca un poco más la que para muchos es la mejor estación del año.

Las sillas de playa están expuestas a condiciones muy exigentes: arena, salitre, agua del mar, humedad y rayos solares. Además, tras meses guardadas en los trasteros, muchas sillas de la playa presentan suciedad acumulada, manchas de óxido o restos de sal que pueden estropear su apariencia e incluso llegar a romperlas. Por ello, es importante saber cómo limpiarlas. A continuación, te contamos el mejor truco para hacerlo:

1. Revisa el estado general: Antes de comenzar, inspecciona bien la silla. Si hay partes oxidadas, rotas o deshilachadas, valora si es necesario repararlas o reemplazarlas. Si todo está en buen estado, continúa con la limpieza.
2. Elimina el polvo y la arena: Sacude la silla bien, con énfasis en las zonas de unión y pliegues donde suele acumularse la arena. Puedes usar un cepillo seco o incluso una aspiradora de mano para facilitar el trabajo.
3. Prepara la mezcla limpiadora: En un cubo, mezcla una parte de bicarbonato de sodio con dos partes de vinagre blanco y un poco de agua caliente. Esta solución desinfecta, desengrasa y neutraliza los malos olores.
4. Aplica la mezcla: Con una esponja o un cepillo de cerdas suaves, frota la mezcla sobre toda la superficie de la silla, especialmente en las zonas manchadas o con restos de sal. Deja actuar unos 10-15 minutos.
5. Aclara con abundante agua: Usa una manguera o cubo con agua para eliminar todos los restos del producto. Asegúrate de que no queden residuos, especialmente en las juntas y tejidos.
6. Seca al sol: Extiende la silla completamente abierta en un lugar con buena ventilación y luz solar directa. La radiación solar ayuda a eliminar bacterias, moho y deja el tejido fresco y libre de humedad.

Por otro lado, si tu silla tiene estructura de aluminio o acero, es probable que presente algo de óxido. Puedes frotar estas zonas con una mezcla de vinagre y limón, deja actuar 10 minutos y luego pasar un estropajo metálico suave. No olvides secar bien al final para evitar que el óxido reaparezca.

Para conservar en buen estado tu silla de playa durante más tiempo, los expertos recomiendan guardarla en un lugar seco y alejado de la exposición solar directa, especialmente durante los meses en que no se utiliza. Es fundamental evitar doblarla si está mojada, ya que la humedad atrapada puede favorecer la aparición de moho y manchas difíciles de eliminar. Además, si se va a dejar en exteriores durante mucho tiempo, es aconsejable cubrirla con una funda protectora que la resguarde del polvo, la lluvia y los rayos UV.