
Es habitual echar levadura a un bizcocho, a unas magdalenas, a un pan o a otras tantas recetas. Puede ser en pastilla o en polvo, pero ambas tienen la misma función: fermentar o gasificar. Pese a ser común emplear este producto en casa y en la industria alimentaria, muchos no saben realmente lo que es. ¿Son microorganismos o bacterias?
La levadura supone un importante nutriente para el cuerpo y bastante común en la dieta, ya que también se emplean como complemento biológico para hacer vino, por ejemplo, además de los clásicos productos de panadería y repostería. También, esta es rica en proteínas y vitaminas del grupo B, por lo que es ideal para tomarla como suplemento de B12 en dietas veganas o vegetarianas.

¿Qué es la levadura?
La levadura está formada por hongos, aunque a primera vista no lo parezca y tampoco llame la atención para comer. Tienen un cometido fundamental en el proceso de creación de muchos productos, ya que "son las mayores productoras de gas entre los microorganismos", han indicado desde la Sociedad Española de Microbiología. Además, causan la conocida fermentación alcohólica a partir de azúcares que transforman en dióxido de carbono, alcohol y aromas cuando no hay oxígeno. Esto sirve para producir cerveza o sidra, entre otros productos.
Hasta el momento, según señalan desde el centro tecnológico de alimentación y bebida Aina, se conocen más de 900 tipos de levaduras, unas producen fermentación, mientras que otras, gasificación. Se sabe que estos microorganismos ya eran utilizados por los egipcios hace 5.000 años y su uso sigue estando a la orden del día, sobre todo, en procesos industriales
Diferencia entre las levaduras
Seguro que, dependiendo de la receta que quieras hacer, optas por la levadura de pan o la química. Esto se debe a que las dos no causan el mismo efecto, según señalan desde el portal de Ifema: la primera fermenta, hace que la masa “suba” o se “infle”. Mientras que la segunda gasifica, esto quiere decir que inyecta aire. La relevancia de este microorganismo también viene dado con el auge de la masa madre, que se crea a partir de un meticuloso procedimiento y se tiene que ir alimentando durante varios días con harina y puede durar indefinidamente.
También es importante la temperatura para que este microorganismo cumpla su función. Para activarla, si es fresca, el ambiente debe estar a 35 grados. En cambio, si es seca, habrá que subir hasta los 100. Por otro lado, cuando quieras que fermente, no puedes bajar de los 25 grados ni subir de los 35. Esta puede adormecerse o debilitarse.

Un probiótico excepcional
Desde hace unos años, se ha descubierto un nuevo papel de las levaduras. Sirven como probióticos para regular la flora intestinal una vez son ingeridas. Favorecen la sensación de bienestar debido a su particularidad de crear nuevas bacterias dentro del organismo que, a su vez, actúan como barrera impidiendo el acceso de patógenos. Sin embargo, donde más se están empleando es en la industria ganadera, ya que ayuda a mejorar la cantidad y calidad de la leche producida, según un estudio.