Entre las calles de la capital andaluza se esconde una vivienda con alma propia, donde la tradición del costumbrismo español se entrelaza con el gusto contemporáneo. Es el hogar que han construido Fran Rivera y Lourdes Montes, una pareja que, tras más de una década de matrimonio, ha sabido convertir su casa en el epicentro de su vida familiar y emocional. Además, desde este miércoles, suman un nuevo miembro a su familia, el pequeño Nicolás.
Desde el inicio de su relación, tuvieron claro que su vida se desarrollaría en Sevilla. Allí encontraron el escenario perfecto: una casa luminosa de inspiración clásica, marcada por una decoración que refleja no solo su historia de amor, sino también la herencia taurina de Fran y la sensibilidad artística de Lourdes. Un espacio que respira serenidad, elegancia y recuerdos.
Un salón lleno de vida y personalidad
El salón principal es una de las estancias más significativas. La luz natural lo inunda a través de un enorme ventanal que se abre hacia la terraza, un detalle arquitectónico que amplifica la sensación de amplitud. En el centro, un sofá color mostaza y un diván con aires retro son el corazón de la estancia. Estos elementos, rodeados por mesas de centro de mármol y cojines que varían en tonalidades, muestran cómo el dinamismo también tiene cabida en la estética del hogar.
Pero lo que realmente da carácter a esta sala son los detalles familiares. En una de las paredes, un traje de luces enmarcado y un retrato de Fran evocan su trayectoria como torero, y rinden homenaje a su legado en las plazas. También encontramos estanterías repletas de libros, recuerdos de infancia y piezas decorativas con referencias taurinas. La elección de colores claros en paredes y muebles refuerza esa atmósfera de calma que define toda la vivienda.
Cada rincón de esta casa parece tener su propia narración. Desde los pasillos bien aprovechados con armarios empotrados hasta los pequeños espacios destinados al descanso y la contemplación, como la zona chill out de la terraza, con sillones bajos en tonos azules donde la pareja disfruta de las noches cálidas del sur. Lourdes, que ha liderado la decoración del hogar, no ha dejado nada al azar: flores frescas, libros seleccionados con esmero y elementos únicos como una lámpara con forma de piña dan ese toque personal que distingue una casa vivida de una simple vivienda bonita.
La cocina, el alma del hogar
Otro espacio esencial es la cocina, reformada en 2017 y pensada tanto para cocinar como para compartir. Se impone un estilo rústico con acabados blancos que aportan claridad, mientras que los muebles de madera y los azulejos azules, inspirados en la solería típica andaluza, aportan ese sabor tradicional que Lourdes ha querido preservar. Es habitual ver a la diseñadora compartiendo recetas desde este espacio, que también funciona como puente entre la tradición familiar y la vida moderna.
El baño principal de la casa no escapa al estilo sereno y armonioso que define todo el hogar. Con suelos hidráulicos de inspiración clásica y paredes revestidas en tonos blanco roto, la estancia combina funcionalidad y estética. Un gran espejo con marco de madera envejecida preside el lavabo doble, mientras que los toques de mimbre y las plantas naturales aportan calidez y frescura. La bañera exenta, ubicada junto a una ventana que deja entrar la luz del sur, invita al relax y convierte este espacio en un pequeño oasis cotidiano.
Dormitorios íntimos y funcionales
El dormitorio principal sigue la línea minimalista y serena del resto del hogar. En él dominan los blancos y la madera clara, salvo por el cabecero, una pieza de madera oscura con reminiscencias orientales que aporta personalidad al conjunto. La luz natural, una constante en toda la casa, también se hace protagonista en esta estancia.
La habitación de su hija Carmen, por su parte, es una explosión de fantasía y color. Los muebles blancos y los papeles pintados con motivos infantiles se combinan con alfombras redondas y ropa de cama en tonos vivos, creando un entorno ideal para fomentar la imaginación.
Una terraza que conecta con la naturaleza
Uno de los mayores tesoros de la casa es su terraza. Amplia, bien equipada y con vistas a una zona boscosa, este espacio exterior es utilizado para reuniones, cenas al aire libre y momentos de relajación en familia. La decoración, sencilla pero efectiva, incluye una mesa blanca rodeada de sillas a juego, jarrones de cristal, plantas y una lámpara de pie que permite prolongar las veladas cuando cae el sol.
