
Los gatos son animales extremadamente inteligentes y aportan una gran compañía a sus cuidadores. Por estos motivos y por el hecho de que también son mascotas muy independientes, son muchas las personas que los adoran. Tener un animal en casa siempre supone dedicar tiempo y cuidados, sea cual sea su especie: a los peces hay que cambiarles el agua de la pecera, a los pájaros limpiarles la jaula, a los roedores mantenerlos alimentados y a los perros, entre otros, sacarlos a pasear varias veces al día.
Por ello, siempre conviene tomar con convicción la decisión de tener una mascota, para que el animal esté siempre bien atendido y se le puedan dar todos los cuidados que necesita. Lo mismo ocurre con los gatos: pese a que no es indispensable que sean sacados a pasear como a los perros, también deben tener su comida y su espacio específico en casa para hacer sus necesidades, descansar y jugar.
Los gatos son unos de los animales más queridos en todo el mundo, razón por la que mucha gente dedica gran parte de su tiempo, esfuerzo y dinero a cuidar incluso a los que viven en la calle. En especial, cuando los ayuntamientos de la localidad en la que se encuentran estas colonias no dedican fondos y estrategias para llevar a cabo estas tareas.
Que los gatos, incluso los domésticos, se paseen por los municipios, entrando a veces en jardines y casas que no son las suyas, es algo bastante frecuente. En estos hogares encuentran muchas veces aquello que necesitan y de lo que se les priva (un lugar para resguardarse del mal tiempo, comida...). Sin embargo, en ocasiones ya están totalmente abastecidos de estas cuestiones, pero esto no les impide recorrer otras casas en busca de más alimentos y cuidados.
“Se dio cuenta de que así comía más”
La cuenta de X dedicada a los felinos @DiloConGatitoz ha compartido la historia de una familia que comenzó a recibir la visita de uno de estos animales: “En mi casa apareció una gata (al parecer era la mascota de nuestros vecinos) y en mi familia empezamos a dejarle comida”. Poco a poco, la mascota comenzó a sentirse muy cómoda en ese hogar, pese a que no era el suyo. Esto hizo que ya no viese ese pequeño gesto como un acto de buena voluntad, sino como una obligación: “Nos exige que le demos de comer”.
El problema residía en que sus cuidadores sí mantenían a la gata alimentada, pero ella había descubierto que “si nos pedía comida por separado, comía más”. Esto llevó a ambas familias a tomar una decisión para que el animal no comiese dos veces: crear un grupo de Whatsapp llamado “¿Ya comió la Susy?” para poder avisarse cuando saliese de casa con el estómago lleno. “Se nos iba la mitad del dinero del supermercado en croquetas para la Susy”, destaca el protagonista de la historia, antes de añadir lo mucho que quieren a esa gata que llegó a sus vidas de casualidad, pero que ya ocupa un hueco importante en el hogar.

Teniendo en cuenta la inteligencia e independencia de estos animales, varios usuarios han publicado comentarios en los que hacen bromas con respecto a esta situación, destacando que Susy es la pequeña reina y ellos sus súbditos: “No apareció. La gata extendió sus dominios territoriales, donde ubicó unos cuantos plebeyos que le daban como ofrenda un tanto de comida. Con el tiempo impartió orden y ahora coordinan para entregar las ofrendas a su majestad”.