
La limpieza en la cocina resulta fundamental, tanto en las particulares como en las de los establecimientos que se dedican al sector de la hostelería. Más aún en estas últimas, ya que una higiene deficiente puede poner en peligro la salud de una gran cantidad de personas.
Las mesas sobre las que los clientes toman sus comidas y bebidas, la vajilla, los cubiertos y los electrodomésticos utilizados para realizar cada uno de los productos deben estar siempre impecables para que los consumidores puedan disfrutar del servicio con todas las garantías. Esto incluye también la cafetera, donde es fácil que se acumulen bacterias si no se limpia correctamente.
El propietario de la marca de cafés Salem ha explicado a través de un vídeo publicado en su cuenta de TikTok (cafemaxpag.es) cuál es el detalle en el que debemos fijarnos cuando vamos a un establecimiento a tomar esta bebida: “Si ves esto en un bar, mejor no pidas café con leche. Podría afectar gravemente a tu salud”.
Listeria, salmonella o E. coli
El experto cafetero señala específicamente la lanceta, un tubito de metal que echa vapor para calentar o espumar la leche. Este complemento de algunas cafeteras debe limpiarse a conciencia para evitar el crecimiento de bacterias. “Una lanceta bien cuidada tiene que estar limpia, sin restos de leche, sin costra y sin acumulación seca”.
Pese a que esta es una cuestión básica de la higiene de un establecimiento hostelero, como señala el creador de contenido, “la realidad es que en muchísimos bares y restaurantes la lanceta está llena de restos de leche reseca, costra pegada e incluso acumulaciones que llevan días”. El problema de esto “no es solo estético”, sino que supone también un serio riesgo para la salud: “Cuando la leche se calienta, se degrada rápido, fermenta, se contamina y puede generar bacterias peligrosas, como la listeria, salmonella o incluso E. coli. No lo ves, pero te lo estás bebiendo”.
Estas pueden provocar síntomas como fiebre, dolor muscular, vómitos y diarrea. Una enfermedad de este tipo puede ir desde una gastroenteritis leve hasta infecciones graves, pudiendo ser mortal para colectivos vulnerables como los niños, las mujeres embarazadas, los ancianos o las personas con patologías crónicas.
Estas bacterias se ocasionan por contaminación cruzada a través de leche cruda o mal conservada, malas prácticas higiénicas (como no lavarse las manos o utilizar trapos sucios) o no mantener la rutina de limpiar correctamente la lanceta entre cada uso. Teniendo en cuenta esto, el consejo que da el experto es usar siempre un paño húmedo y limpio y purgar al vapor unos segundos “para eliminar cualquier resto que haya quedado dentro”: “Vamos, literalmente higiene 1.0″.
No solo eso, sino que es importante también, al menos una vez al día, desmontar la cafetera y desinfectarla de forma regular, especialmente en los establecimientos en los que hay un volumen de utilización tan grande. Además, los paños empleados para la lanceta deben ser exclusivos para este propósito y se deben cambiar con frecuencia. “Un despiste lo puede tener cualquiera, claro, pero si ves que la lanceta está así de mal, mejor pide el café solo o ni eso, vete a otro sitio”.