Qué son las varices vulvares durante el embarazo: síntomas y cómo aliviar el dolor

Suelen manifestarse a partir del segundo trimestre y tienden a empeorar con el avance de la gestación

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Una mujer embarazada. (iStock)
Una mujer embarazada. (iStock)

Las varices vulvares, una condición que afecta la superficie externa de los genitales femeninos, son una de las manifestaciones menos conocidas pero significativas de las varices durante el embarazo. Según los expertos, esta afección se desarrolla debido al aumento del flujo sanguíneo en la región pélvica y a la disminución del retorno venoso desde la parte inferior del cuerpo hacia el corazón, lo que provoca acumulación de sangre en la vulva. Aunque en la mayoría de los casos estas varices desaparecen aproximadamente seis semanas después del parto, su aparición puede generar molestias como hinchazón, sensación de presión o incluso malestar al realizar actividades cotidianas, conforme detalla en un artículo la Clínica Mayo.

No obstante las hay de otro tipo mucho más comunes. De acuerdo con Pablo Gallo González, jefe del servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, las varices durante el embarazo son una afección común que puede presentarse tanto en las piernas como en la pelvis. El especialista subraya la importancia de un diagnóstico temprano y un manejo adecuado para prevenir complicaciones que puedan poner en riesgo la salud de la madre.

Factores que contribuyen a la aparición de varices en el embarazo

Gallo explica que las varices en el embarazo tienen múltiples causas, entre las que destacan factores genéticos, hormonales y mecánicos. Las mujeres con antecedentes familiares de insuficiencia venosa tienen mayor predisposición a desarrollar esta condición. Además, los cambios hormonales propios de la gestación, como el aumento de estrógenos y progesterona, debilitan las paredes venosas, favoreciendo la dilatación de las venas.

Otro factor determinante es el crecimiento del feto, especialmente en el tercer trimestre, cuando el aumento de peso ejerce presión sobre las venas pélvicas. Esta presión puede provocar la dilatación venosa, incrementando el riesgo de desarrollar varices. Según el especialista, las mujeres que han tenido más de un embarazo son más propensas a padecer esta afección, aunque también influyen el estilo de vida y los antecedentes familiares.

Las varices en el embarazo suelen manifestarse a partir del segundo trimestre y tienden a empeorar con el avance de la gestación. Aunque las piernas son la región más afectada, las varices pélvicas también pueden extenderse a la zona genital y los muslos. En algunos casos, estas varices desaparecen o disminuyen tras el parto, pero durante el embarazo pueden generar síntomas como dolor, pesadez en las piernas, edema y sensaciones molestas como pinchazos u hormigueo.

En casos más graves, las varices pueden derivar en complicaciones como tromboflebitis o trombosis venosa profunda, especialmente si la paciente presenta alteraciones hematológicas o compresiones venosas en la pelvis, como el Síndrome de May Thurner o el Síndrome de Nutcracker. Por ello, es fundamental acudir al especialista si se presentan síntomas como dolor intenso, inflamación asimétrica o enrojecimiento en una pierna, ya que podrían ser indicativos de una trombosis venosa profunda.

Estrategias de prevención y manejo durante el embarazo

Aunque no es posible prevenir completamente la aparición de varices, Gallo asegura que adoptar hábitos saludables puede reducir su impacto. Entre las recomendaciones se incluyen mantener una alimentación equilibrada, realizar ejercicio físico diario, evitar permanecer mucho tiempo de pie o sentado, usar ropa cómoda y evitar calzado con tacón alto o completamente plano. También se aconseja evitar la exposición prolongada al sol o fuentes de calor, elevar las piernas unos 15 centímetros al descansar y utilizar medias de compresión para mejorar la circulación.

Durante el embarazo, el tratamiento de las varices se centra en medidas conservadoras, como ejercicios para estimular la circulación y el uso de medias de compresión. Tras el parto, se realiza una nueva valoración para determinar si es necesario recurrir a tratamientos adicionales.

Varices vulvares

Las varices vulvares, aunque menos frecuentes, pueden aparecer de forma aislada o junto con varices en las piernas. En los casos más graves, los vasos dilatados pueden sobresalir, presentando un aspecto azulado y una textura protuberante. Actividades como hacer ejercicio, mantener relaciones sexuales o permanecer de pie durante largos periodos pueden agravar esta condición.

Para aliviar las molestias asociadas a las varices vulvares, se recomienda el uso de prendas de soporte diseñadas específicamente para esta afección, cambiar de posición con frecuencia, elevar las piernas y aplicar compresas frías en la vulva. Según los expertos, estas varices no suelen interferir con el parto vaginal, ya que el flujo sanguíneo en estas venas es bajo y, en caso de sangrado, generalmente puede controlarse con facilidad.