
Los aranceles universales establecidos por el presidente de EEUU Donald Trump han desatado el pánico en los mercados mundiales, la incertidumbre en las empresas y trabajadores, y el desconcierto en los economistas. Todos coinciden en que esta maniobra sacudirá la economía global. Empezando la de los propios estadounidenses.
El efecto de los aranceles del 20% a Europa repercutirá, en mayor o menor medida —sin contar aún con la respuesta de la Comisión Europea y una previsible ‘contra-contrarrespuesta’ de Trump— en todos los rincones del Viejo Continente. Será particularmente duro en las economías alemana e italiana, que cuentan con un mayor volumen de comercio con el mercado estadounidense y una mayor importancia de su industria automotriz —que tiene un gravamen del 25%—.
En cuanto al impacto en España, aún es pronto para tener una cifra precisa. La economía española tiene una exposición directa limitada, ya que la mayoría de sus exportaciones desembocan en territorio comunitario. No obstante, de manera indirecta, los ciudadanos tendrán que pagar más por determinados productos y habrá algunos que no podrán encontrarse porque escaseen.
España exporta a EEUU, en primer lugar, maquinaria mecánica y eléctrica. Según detalla un informe de la Cámara de Comercio, las exportaciones de estos productos pueden reducirse hasta un 22,1%, lo que equivale a unas pérdidas cercanas a los 900 millones de euros. Por detrás de la maquinaria, las exportaciones se concentran en las “grasas”, aunque las ventas de este capítulo están dominadas por un único producto: el aceite de oliva.
La patronal del aceite y el vino eleva el tono
Los exportadores del ‘oro líquido’ made in Spain, que suman unos 1.000 millones de euros anuales en ventas, han asumido que el arancel les perjudica, a la espera de conocer más detalles, como la situación en la que quedarán finalmente otros países competidores, como ha apuntado la patronal Asoliva.
Pero el analista agronómico Internacional y profesor universitario Juan Vilar no está de acuerdo con el pesimismo que muestra la patronal: “Al aceite de oliva no le afecta en absoluto”, afirma en una conversación con Infobae España.
Para entender esta afirmación, hay que explicar cómo funciona el impacto de un arancel en un producto cuyo precio no es lineal, como es el caso del aceite de oliva, que unas veces sube y otras veces baja. Para ello, depende del momento del ciclo de cotización en la que se encuentre el producto, es decir, el precio al que se está vendiendo en los mercados. En su cotización, los productos agrícolas dependen fundamentalmente de la climatología. “Cuando la climatología es adversa, suben de precio, y cuando la situación meterológica es propicia, bajan”.
Hace cinco meses, el aceite de oliva en Estados Unidos y en el resto del mundo estaba un 48% más caro, pero este país, a diferencia del mercado europeo, compra en grandísimos lotes para evitar constantemente los gastos por transporte. Por tanto, apunta Vilar, los precios que marcan en los supermercados estadounidenses aún no son los que reflejan los valores actuales. “El próximo lote que vaya desde España o desde Italia a Estados Unidos irá un 20% más caro, teniendo en cuenta la subida arancelaria, pero un 48% más barato por ese precio de los lotes actuales [frente a lo que pagó el país por el lote anterior]”. El cálculo final del precio, explica, sigue siendo un 28% más barato.
“¿Qué va a ocurrir? Que el comprador de aceite de oliva estadounidense, que es de renta media-alta, comprará este producto un 28% más barato de cómo lo compraba hace seis meses. ¿Por qué? Porque el precio va en caída. El precio mundial, las cotizaciones internacionales, el origen del aceite de oliva van en caída”, añade.
Un dominó incontestable y una variación de precio mínima
Estados Unidos compra mucho aceite de oliva. Tiene una demanda anual de aproximadamente 360.000 toneladas y solo los cuatro primeros exportadores acaparan el 89% del mercado. España, la primera potencia mundial exportadora de aceite de oliva, aportó a esa cantidad 127.597 toneladas en 2023, según el último informe de Olimerca. En segundo lugar están Italia, con aproximadamente 110 toneladas; y Túnez, con 50.000 toneladas. Turquía, por su parte, aporta unas 23.000 toneladas.
Además, Vilar justifica que “no va a haber ningún tipo de afección en absoluto porque no hay nadie que le pueda vender más barato que España”. La subida arancelaria de Italia, como producto europeo, es la misma que la española; Túnez tiene un arancel del 28% y Turquía, que sufrirá solamente un 10%, cuenta con un sistema tributario distinto que hace que, cada vez que vende algo, se le deba de cargar un 20% adicional a ese 10%.
El vino tinto español sí se verá afectado
La situación de otro producto agrícola insignia, el vino tinto, sí puede ser motivo de alarma, advierte Vilar, que subraya que la culpa no solo la tienen los aranceles: “Evidentemente, el vino se va a ver afectado porque ahora mismo está pasando una época en la cual el vino tinto español no es competitivo. Si además de esto, lo endureces con unas medidas arancelarias y le subes el precio, pues evidentemente será menos competitivo todavía”.
La Unión de Uniones de Agricultores de Castilla y La Mancha (la principal comunidad autónoma exportadora de vino) advirtió en un comunicado que la muy baja rentabilidad del sector vitícola y el aumento de costes, tanto de mano de obra, como del resto de inputs, hacen inviables muchas explotaciones. De hecho, según datos del Ministerio de Agricultura, en los últimos 20 años se han reducido 104.339 hectáreas en esta comunidad autónoma. El sorpasso del vino blanco al vino tinto también ha contribuido a que haya menos pedidos en EEUU. Solución de los vinicultores: cultivar más olivo.
Visto el panorama general, Vilar matiza que lo vivido este jueves “ha sido la primera movida de ficha”, por lo que todavía es pronto para sacar conclusiones firmes de los efectos de los aranceles. “Ahora el resto de países del mundo van a mover ficha igualmente. Hacer análisis actualmente no es definitivo porque tenemos solo una pieza del puzle. El resto de países no se van a quedar de manos cruzadas”, sentencia.