
Francia ha dado un paso gigante hacia el futuro de la construcción con la creación de su primer edificio de viviendas fabricado íntegramente mediante una impresora 3D gigante. Este proyecto, el cual ha sido desarrollado en Bezannes, está en camino de ser no solo una innovación tecnológica, sino que además una solución viable y eficiente para la construcción de viviendas.
El edificio en cuestión tiene una estructura de nueve metros de altura y contará con 12 apartamentos. Este proyecto representa un hito en la industria de la construcción. La clave para lograrlo es el uso de una impresora 3D de gran escala que “imprime las paredes directamente en el sitio de construcción”, tal y como le cuentan los constructores a la prensa de RTL Info. A diferencia de los métodos convencionales, la impresora 3D es capaz de imprimir los muros en el mismo lugar donde va a pertenecer el edificio; a diferencia de los métodos tradicionales, por los cuales estos muros son prefabricados en sus respectivas fábricas.

Jérôme Florentine, jefe de obra, ha explicado que la impresora 3D no es solo un simple aparato de escritorio. “Es un poco como una impresora 3D que todo el mundo puede tener en casa, solo que es gigantesca porque abarcará toda la plantilla del edificio que se va a construir”, le cuenta Jérôme a RTL Info . Este sistema permite que un simple cabezal pueda llegar a construir todas las paredes de un edificio, permitiendo el ahorro de materiales y, por tanto, de tiempo.
Ventajas de tiempo y recursos
Una de las principales ventajas de este sistema es el ahorro de tiempo. Tal y como ha contado Florentine en los medios franceses, se espera que con la impresora 3D lleguen a ahorrarse aproximadamente tres meses de trabajo en comparación a lo que tardarían en construir con métodos convencionales.

Otro aspecto fundamental que distingue esta nueva forma de construcción es la reducción en el uso de materiales. Hélène Lombois-Burger, directora de investigación y desarrollo de Bétons et Aggregats, ha añadido que con este método “se llegan a ahorrar un 10% de materiales debido a la libertad de diseño que permite el 3D con formas redondeadas”, añade Hélène en su entrevista con RTL Info. De esta manera, nos encontramos ante una forma de construcción no solo más económica, sino más sostenible, pues no se desperdician tantos materiales.
Una mirada al futuro
Este proyecto representa además una revolución en la industria en general. Aunque actualmente resulta un 30% más caro construir mediante una impresora 3D, se espera que esta diferencia se reduzca considerablemente en los próximos 5 a 10 años. La impresión 3D aplicada a la construcción tiene el potencial de cambiar radicalmente la industria; tanto a nivel económico como a nivel de diseño. A medida que se vayan perfeccionando los procesos y se incremente la demanda de esta nueva tecnología, los costos de fabricación podrán disminuir, lo que hará que este método pueda ser más accesible, a la par de rentable.

Además, la personalización y flexibilidad que ofrece la impresión 3D permitirá a los diseñadores y arquitectos explorar nuevas soluciones creativas de manera más rápida. Esto podría resultar en edificios más sostenibles, teniendo en cuenta la reducción de materiales desechados, la optimización de recursos y la velocidad de construcción.