Imagínate que vas andando por la calle y que te empieza a caer basura del cielo. Esta situación, que roza el surrealismo, es la misma que denuncia Pierre, un hombre que es propietario de una pequeña tienda cerca de un bloque de edificios en la Rue de la Boucherie, un barrio de Niza, en Francia.
El hombre denuncia la situación en un medio francés, Nice-Matin, debido a que está desesperado. Desde que interpuso una queja a las autoridades en octubre de 2024, nada ha cambiado. “Un día tomates, otro día pimientos y al anterior yogur”, comenta con cierta resignación. Y es que hace meses que un vecino se dedica a tirar cosas por la ventana.
La basura, muchos días, está amontonada en medio de la calle. Esto se podría quedar en una anécdota; sin embargo, para Pierre tiene consecuencias directas todos los días. En un negocio, uno de los puntos más importantes es la imagen que se le da al público, y si la calle está sucia, el número de clientes que entran baja considerablemente.
Además, esta situación empieza a ser peligrosa. En muchas ocasiones, los objetos que caen del cielo pueden ser realmente hirientes, entre ellos, botellas de vidrio. De hecho, en una ocasión casi ocurre una catástrofe.
En enero, un reconocido veterinario de la ciudad llamado Xavier Ozouf, volvía a casa con su hija de seis años y una amiga. En un cruce de la ciudad, la niña vio cómo caía una carta Pokémon. Al agacharse a recogerla, le lanzaron una botella de cristal. Con suerte para todos, rebotó en una pared y acabó en el suelo junto a ella.
En cuestión de segundos, la pequeña podría haber resultado gravemente herida. Tras este suceso, denunció a la policía local, sin embargo, parece que las autoridades no se lo tomaron muy en serio, según denuncia al medio francés.
“¿Hace falta que haya un drama para que alguien haga algo?”
Pierre también ha denunciado a la policía en varias ocasiones, pero la respuesta que obtiene siempre es la misma. “Mientras no haya daños físicos ni materiales significativos, no pasará nada. En esencia, todos se están pasando la pelota. La policía municipal solo puede actuar en flagrancia; la policía nacional no viene para eso... En resumen, estamos solos”.
En el caso de que las autoridades no hagan nada, las consecuencias pueden ser muy graves. “¿Hace falta que haya un drama para que alguien haga algo?”, se pregunta de manera irónica uno de los vecinos de la localidad francesa. La situación es insostenible para todos los vecinos de la comunidad, que exigen que se pongan medidas para evitar que ocurra una desgracia.
Lo que debería ser una simple preocupación por el bienestar y la seguridad de los ciudadanos se ha convertido en una lucha constante por parte de los residentes del barrio. Mientras tanto, el sentimiento generalizado es de frustración e impotencia. Muchos de los vecinos sienten cierto desamparo institucional, lo que es bastante preocupante, teniendo en cuenta que todo el mundo ve venir que puede ocurrir una catástrofe.
