
Cuántas veces has oído que resulta imprescindible beber leche, sobre todo, los niños, para tener unos huesos fuertes y sanos. Seguro que también te suena ver los distintos productos lácteos que cuentan con suplementos de calcio. ¿Es realmente necesario para tener una buena salud? Según el National Institute of Health de Estados Unidos (NIH), “el calcio es un mineral que el cuerpo necesita para formar y mantener huesos fuertes y llevar a cabo muchas funciones importantes”.
Este componente se almacena principalmente en los dientes y las estructuras óseas, por lo que les da rigidez. Además, el cuerpo necesita calcio “para que los músculos se muevan y los nervios transmitan mensajes desde el cerebro”. Aunque también cabe destacar su relevante función para hacer que la sangre circule por todo el cuerpo y transporte las hormonas necesarias.
¿Puedes tener exceso de calcio?
Desde el NIH han señalado que la cantidad recomendada de calcio para adultos de entre 19 y 50 años se sitúa en los 1.000 miligramos diarios. Con una dieta equilibrada se puede conseguir el aporte necesario, aunque muchas personas, como las mujeres menopáusicas o los que no consumen lácteos, optan por tomar suplementos para paliar la insuficiencia de este mineral debido a su dificultad para absorberlo en el cuerpo de manera natural.

Lo normal es no superar el límite aconsejado por los expertos, pero puede darse el caso de experimentar un exceso de calcio en el organismo, esto se conoce como hipercalcemia. Según el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, este trastorno no suele presentar síntomas, aunque “ocasionalmente puede ser grave y precisar de ingreso hospitalario”. Por otro lado, el INH ha destacado que “quienes consumen grandes cantidades de calcio podrían tener un riesgo mayor de cáncer de próstata y enfermedades cardíacas”.
La causa principal de padecer esta situación “es el hiperparatiroidismo primario, sobre todo en mujeres a partir de los 50 años”, es decir, un exceso de producción en las glándulas paratiroides. Estas regulan los niveles de calcio en la sangre y en los huesos. No obstante, también puede estar causado por superabundancia de vitamina D, hipertiroidismo, insuficiencia renal o una inmovilización prolongada.
Síntomas y diagnóstico del exceso de calcio
En primer lugar, debes estar atento a algunos de los síntomas que el cuerpo puede experimentar. Algunos de ellos son manifestaciones abdominales tales como dolor, náuseas, vómitos, disminución del apetito o estreñimiento. También se da a nivel óseo y muscular como malestar en los huesos, fracturas espontáneas sin traumatismo, pérdida de altura, deformidades o debilidad.
Por otro lado, el riñón suele ser uno de los órganos afectados, dando lugar a incremento del ritmo miccional, aumento de la sed o dolor lumbar. Pero además, cabe destacar las manifestaciones psicológicas y neurológicas como irritabilidad, ánimo deprimido, apatía, cambios en la personalidad, cefalea, dificultad para concentrarse, disminución de reflejos o alteraciones de la memoria.
Para tratarlo, se debe acordar una cita con el endocrino, que será quien observe los resultados de las analíticas de sangre y orina. Desde el Gregorio Marañón señalan que esta entrevista resulta imprescindible para “establecer los antecedentes tanto personales como familiares y el examen físico”. No obstante, para descubrir la causa son necesarios otro tipo de estudios. Una vez estés en manos de especialistas, podrás tratar este trastorno con el tratamiento necesario.