Barcelona le dice adiós a la sequía tras cuatro años y medio de restricciones: se volverá a ver agua en Montjuïc y se recuperará el 40% del arbolado en sus calles

Los ciudadanos de 202 municipios alimentados por el Ter-Llobregat podrán limpiar fachadas y coches con manguera y usar más de 200 litros de agua por habitante al día

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La iglesia de Sant Roma
La iglesia de Sant Roma en el embalse de Sau, en Vilanova de Sau, Cataluña el 31 de marzo de 2025. (AFP)

La fotografía del agua que rodea de nuevo la iglesia de Sant Roma en el embalse de Sau ha documentado el fin de uno de los tiempos más duros de sequía en Cataluña en los últimos años. Las lluvias y las borrascas que han pasado por la comunidad el mes de marzo ha hecho que la mayor parte de los 239 municipios de Barcelona y Girona pueda recuperar la normalidad después de 56 meses de restricciones por la crisis hídrica. Y es que desde la creación de los registros climáticos no se había documentado una sequía tan grave, que incluso dejó imágenes insólitas al alcanzar un 15% de agua en las reservas en marzo del año pasado.

La fatiga que sufría Cataluña por la reducción progresiva de sus embalses de finales 2020 se ha mitigado tras haber registrado también el día más lluvioso en los últimos 25 años. Esta noticia ha llevado a la portavoz del Govern, Sílvia Paneque, a levantar las restricciones del consumo de agua en los 202 municipios que se abastecen del sistema Ter-Llobregat, donde actualmente viven seis millones de personas. “Han sido 56 meses por debajo de la media pluviométrica. Ha sido la peor sequía de los últimos 200 años”, ha dicho Paneque en el embalse de Sau, que ha pasado de un 32% a un 63,42% en apenas un mes.

En paralelo, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha celebrado en un comunicado el levantamiento de las restricciones de agua en la capital catalana y su conurbación, al tiempo que ha agradecido la “responsabilidad” de los barceloneses en ese periodo y ha adelantado que el ayuntamiento “no va a bajar la guardia”, según recogió la Agencia EFE. Del mismo modo, ha anunciado que “seguiremos totalmente comprometidos, sacando adelante las obras y actuaciones previstas para conseguir más aguas freáticas. Barcelona ha de estar preparada para cuando llegue la próxima sequía”, ha remarcado el alcalde.

Cómo ha afectado la sequía en Barcelona y Girona a los ciudadanos

Aragonès pide un esfuerzo complementario para afrontar la sequía.

Ante el agravamiento de la sequía a finales de 2023, el Ayuntamiento de Barcelona activó un nuevo escenario no previsto en el Protocolo de Actuación por situación de sequía. Este añadía la fase de preemergencia al Semáforo de la sequía, un sistema para gestionar, monitorizar y comunicar a los ciudadanos sobre el estado de los recursos hídricos en la región, y con ello poder establecer las medidas necesarias de actuación. El nuevo escalón que se introdujo en plena emergencia fue la ‘preemergencia’, diseñada para forzar el ahorro de agua antes de llegar al umbral de Emergencia (16% de agua en los embalses). Entre las últimas limitaciones que instauraron las autoridades por la crisis hídrica fue la de no superar los 106,10 litros de consumo doméstico de agua por habitante y día en la capital.

No obstante, las reservas del Ter Llobregat han pasado en dos ocasiones el umbral de la fase de ‘emergencia’, en 2023 y 2024, para controlar el consumo y proteger los pocos recursos hídricos disponibles. Según la Agència Catalana de l’Aigua, se implementaron diversas medidas el 1 de febrero del año pasado en los 202 municipios que forman parte del Ter Llobregat, 22 del acuífero del Fluvià Muga, 12 del embalse de Darnius Boadella y 2 de Riudecanyes y Vallirana. Esto dejó un total de 239 municipios en estado de emergencia, por lo que se limitó el consumo de agua por persona a 90 litros diarios. Aunque también se restringió su uso en comercios, industrias y diferentes instalaciones a disposición de cada municipio.

El resto de acciones que acotaron el uso normalizado del agua se basó en: la prohibición de regar los jardines privados, los campos de césped, llenar las piscinas y lavar el coche con agua de los hogares. No obstante, los polideportivos permitían irrigar agua en los campos y las piscinas, siempre que se compense con la clausura de otros servicios como las duchas. Tal y como anunció la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, los 239 municipios permanecieron cuatro meses entre las fases de ‘preemergencia’ y ‘excepcionalidad’, hasta que en mayo de 2024 se rebajaron las medidas al llegar a la de ‘alerta’: “El aumento de las reservas permite modificar a la baja las restricciones de los últimos tres meses, salir de la emergencia y levantar parte de las restricciones, aunque la sequía no ha terminado”, dijo la portavoz al anunciar el aumento de capacidad del Ter de Llobregat de un 14,5% en marzo hasta un 25,4% en marzo.

Las medidas que afectaron al sector agrícola y empresarial

Las medidas que se oficializaron el 18 de junio por la Agencia Catalana de Agua (ACA) fueron un alivio para los ciudadanos que se alimentaban del Ter Llobregat, que dotaba de la posibilidad de obtener hasta 250 litros de agua por habitante. No obstante, la disminución de medidas seguía manteniendo ciertas restricciones que afectaron tanto al sector agrícola como al empresarial. La reducción de la dotación de agua para riego, que se fijó en un 25%, afectó a los cultivos de regadío, especialmente en aquellos que requieren grandes cantidades de agua. En lugar de utilizar agua potable, se promovió la sustitución por aguas regeneradas. Además, la dotación para riego no pudo superar los 450 m³ por hectárea al mes, lo que generó un desafío adicional en términos de producción y rentabilidad para muchos agricultores.

Este escenario también se extendió al sector ganadero, donde el consumo de agua se redujo en un 10%. Esto supuso una disminución en la productividad de los rebaños y los costes asociados al mantenimiento de los animales, que requirieron ajustes en la gestión de recursos. Por otro lado, las empresas se vieron afectadas por las medidas de la limpieza, urbana y de vehículos, ya que tuvieron que emplear igualmente agua regenerada. En las limpiezas de zonas urbanas, encargadas de calles, fachadas o alcantarillados, se podía disponer de sistemas de alta presión con agua regenerada, mientras que las empresas de lavado de coches solo podían hacer uso del túnel de lavado con sistema de recirculación de agua.

Asimismo, el riego de jardines y zonas verdes también estuvo sujeto a restricciones, limitándose a un horario específico (de 20:00 a 8:00 h) y debiendo ajustarse a la mínima cantidad de agua posible. Por su parte, solo aquellas piscinas que pudieran garantizar la calidad sanitaria del agua obtuvieron un llenado parcial. No obstaste, el de las fuentes ornamentales quedó completamente prohibido, a excepción de los elementos que eran esenciales para el mantenimiento de la vida acuática.

Qué supone el fin de la fase de alerta por sequías en Barcelona y Girona

Fuente de Montjuic. (Shutterstock España)
Fuente de Montjuic. (Shutterstock España)

El levantamiento de la fase de alerta por sequía marca un importante paso hacia la normalización del uso del agua en las provincias de Cataluña. A partir de mediados de abril, cuando se publique oficialmente en el Diario Oficial de la Generalitat, se eliminarán las restricciones por primera vez en dos años. Entre las nuevas normalidades que experimentarán los ciudadanos, se podrá observar la recuperación del 40% del arbolado y plantas arbustivas gracias al plan integral de recuperación que ha anunciado el Ayuntamiento de Barcelona. En él se ha incluido la plantación de 3.285 árboles, de los 7.500 que se deberán replantar antes de la primavera de 2026, y la restauración de 3,9 hectáreas de plantas arbustivas.

Además, contempla la transformación de espacios verdes con especies más resilientes y de bajo consumo hídrico, dado que durante la sequía se afectaron 8,2 hectáreas de vegetación. El trabajo de recuperación se extiende más allá de la plantación de árboles, abarcando también mejoras en parques y jardines. Dentro del marco del Pla de Manteniment Integral del Pla Endreça, el Ayuntamiento está renovando una quincena de plazas, parques y jardines, optimizando los sistemas de riego para hacerlos más sostenibles y fomentar un ahorro significativo de agua potable.

De esta manera, los responsables del cuidado de las fuentes ornamentales de Montjuïc, uno de los íconos más representativos de la ciudad, han comunicado a EFE que disponen de un plan de desescalada con las medidas que adoptarán para recuperar al cien por cien su funcionamiento. Así, el sistema hidráulico de estas fuentes será revisado y reparado próximamente, aunque aún no se ha establecido una fecha exacta para su funcionamiento completo.